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- 10/07/2011 02:00
Sobre la crisis del sector agropecuario
A nalizando recientemente los medios escritos y de televisión, encontré varias noticias relacionadas con el Sector Agropecuario nacional, todas muy preocupantes. Un experto advertía de una inminente crisis en nuestra Seguridad Alimentaria, debido al caos en el Sector Agropecuario y la política económica estatal. Cosa nada nueva que algunos venimos anunciando desde hace tiempo.
Ahora, es preciso dejar claro que la crisis alimentaria solo afecta de la clase media hacia abajo. Para los viejos y nuevos millonarios no tiene ninguna importancia el costo de la canasta básica o el de la gasolina, y en el peor de los casos se irán a vivir a su mansión en Miami o su villa en el Mediterráneo.
Desgraciadamente, para nosotros, en Panamá, se juntan varios factores negativos: la economía globalizada, el cambio climático, la crisis energética, la mercantilización bancaria de la economía nacional, la inflación galopante y las políticas económicas engañosas y deficientes.
Por ejemplo, invertir millones en sistemas de riego para cientos de hectáreas que solo generan productos agrícolas de exportación, mientras que las áreas de granos básicos se reducen cada DÍA más. ¿Para qué el riego si no hay nada que regar que produzca comida?
Veo con asombro que ahora algunos productores dicen que tienen que aumentar el costo de sus productos, debido a que han sufrido daños por las lluvias. —¡Si en Panamá siempre llueve en la temporada lluviosa!— ¿Habrán oído del Cambio Climático? —Sus pérdidas se deben a mala planificación o uso inadecuado de tecnologías. —Bajo plástico y riego controlado se puede producir todo el año, prácticamente cualquier cosa—.
El trasnochado Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, fue cambiado justamente de nombre, a Tratado de Promoción Comercial, porque solo beneficia a los grandes carteles comerciales importadores de alimentos de Panamá. Hace poco escuche a un senador norteamericano decir que este TPC no beneficiaba en nada a los Estados Unidos, ya que Panamá no tenía nada importante que vender. O por lo menos en cantidades significativas para la economía norteamericana. Es verdad. Solo beneficiará a los que importarán arroz, maíz, frijoles, carne, verduras, leche y hasta café, porque todos estos productos se conseguirán más baratos en Estados Unidos y otros países, que los producidos en Panamá. El agricultor está fuera de esta ecuación económica, hecha para los importadores y los supermercados.
Las famosas ferias (o tiendas) Jumbo (ex Compita), son una peligrosa ilusión política. Son producto de subsidios y no obedecen a las leyes de la economía. El Estado compra un quintal de arroz a 50 balboas (con nuestros impuestos) para venderlo a 30, para poner un ejemplo hipotético.
Esto no es nada nuevo, es usual en los gobiernos populistas: en México, el antiguo gobierno del PRI, creó la CONASUPO, (Comité de Subsistencias Populares), con ferias y tiendas en todo el país. Una Ley permitió que el gobierno cobrara los impuestos ‘en especie’ a las empresas agropecuarias e industriales, y estos productos, re—etiquetados, eran vendidos a mitad del precio real en estas tiendas. Esto no duró mucho y fracasó rotundamente, y esto que México es un país petrolero.
Es difícil proponer soluciones a la crisis alimenticia panameña, a estas alturas, porque la situación ya pasó del punto de retorno.
El Ministerio de Desarrollo Agropecuario y el IDIAP vagan entre fantasías mediáticas y el ‘dolce far niente’ —Casos perdidos—.
Las medidas necesarias son muy drásticas: como, por ejemplo, hacer que las áreas que actualmente se cultivan para productos de exportación se dediquen exclusivamente a la autosuficiencia alimentaria, y solo exportar los excedentes. Promover la investigación agropecuaria científica y el desarrollo de tecnologías modernas de producción. Mantener un estricto control de precios en los productos de la canasta básica alimenticia. Mantener una importante reserva estrategia de combustible para evitar la oscilación negativa del costo de estos. El diésel, combustible motor de la economía y, en especial, de la agricultura, debe ser vendido subsidiado y sin impuestos.
Para finalizar solo atino a parafrasear un famosos proverbio indígena: ‘Cuando nuestro sector agropecuario se agote y no haya alimentos que importar, nos daremos cuenta de que el dinero no se come’.
*INGENIERO AGRÓNOMO.