Uno que es el grupo de Bohuslan Big Band fue en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber
En la plaza toca:
Porque Puma Zumix Grupo juvenil que interpreta...
En la región latinoamericana, Panamá se ha convertido en un referente importante en el sentido de que el diálogo constituye un procedimiento democrático para resolver contradicciones y consecuencia, así como para producir respuestas y soluciones, a problemas y situaciones, algunos centrados en colisión de intereses focalizados y otros que trascienden, involucrando y comprometiendo a un amplio espectro social.
Verbigracia, la Fundación del Trabajo, institución donde sindicatos y empresarios abordan temas propio del mundo del trabajo, y que ha sido tomada como modelo por otras regiones y reconocida como positiva por la Organización Internacional del Trabajo —OIT—. Ejemplos recientes, dan cuenta de que en nuestro país la cultura del diálogo, la concertación, ha logrado posicionarse como una herramienta importante de nuestra democracia.
Los diálogos para la Concertación Nacional para el Desarrollo, donde la mayor parte de la sociedad organizada logró consensuar una estrategia de desarrollo para el país, la Ley 20 de 20 de febrero de 2008, que institucionaliza el Consejo de la Concertación Nacional, la experiencia pasada que vino a oxigenar a nuestra más importante institución de seguridad, que estuvo al borde del colapso.
Los diálogos permanentes con los productores para asegurar la producción nacional y proveer seguridad alimentaria al país, los consejos consultivos comunitarios, son ejemplos de que los panameños no apuestan al incendiarismo social, como vía para resolver conflictos o situaciones con alcance social.
Además, es justo reconocer que los últimos años se han venido promoviendo políticas de alcance humano, sobre todo dirigidas a los grupos más pobre del país.
En materia de empleos, la Caja de Seguro Social reporta una afiliación de nuevos asegurados, que ronda los 70,000 puestos adicionales de trabajo permanente. En esta línea de trabajo, la administración actual ha concitado el odio de los especuladores y de los que trafican con las necesidades vitales del pueblo panameño. El programa de subsidio al consumidor, goza de la simpatía de todo los panameños.
Los panameños, cierto es que perciben y sienten que hay una situación difícil, relacionada con el alto costo de la vida, pero también observan que se implementan e impulsan iniciativas para sobrellevar y enfrentar los problemas aludidos.
Es el contexto anterior, muy a pesar de que la Constitución Nacional garantiza el derecho a la reunión y la movilización, somos del criterio que abanicar una huelga nacional, misma que es promovida por los grupos aglutinados en la llamada Coordinadora Nacional por el Respeto a la Vida y Dignidad del Pueblo, en las circunstancias arriba mencionadas, se aleja del proceso creciente de mayor culturización y apelación al diálogo como mecanismo de la gobernabilidad e institucionalización democrática.