El presidente Mulino cuestiona lo poco enérgicas que son las medidas cautelares de los jueces de garantías
- 08/07/2011 02:00
Em... fadados, indignación a la panameña
La base de la resistencia es la indignación; y la indiferencia, es la peor de las actitudes, así se refería Stéphane Hessel, en su famoso ensayo, ‘INDIGNADOS’. Nombre que ha sido adoptado por un movimiento mundial que crece como espuma en muchos países como España, Francia, Chile y México, cuyo lema ‘hasta la madre’, denota un denominador común.
Los ciudadanos se hastían de la clase gobernante y de sus Ejes políticos—económicos, que terminan asfixiando poco a poco a nuestros países. En España, han llegado a aglutinar a miles de personas, que reclaman estar hartas del sistema democrático, que no se sienten representadas por los políticos, y que aseguran, se van a mantener organizadas como un foro civil permanente, para que la sociedad tenga voz sobre los asuntos en que, normalmente, nadie la toma en cuenta.
Su organización es simple y eficiente. Por medio de asambleas, buzones de sugerencias y redes sociales, democratizan la opinión. Dan las instrucciones por medio de megáfonos y han conformado innumerables comisiones y subcomisiones por áreas (comunicación, alimentaria, infraestructura, etc.), para disciplinar el cúmulo de acciones humanas, que supone tener un flujo de 20 mil personas diarias, en promedio, apostadas en la vía pública.
Tienen hasta un centro de documentación, donde archivan todo el material que registran de lo que ha ido sucediendo durante la protesta. La comisión de extensión en barrios, tiene la finalidad de expandir el sentido de las asambleas ciudadanas, en todos los rincones del país.
En Panamá, los ciudadanos, faltos de los inmensos recursos propagandísticos del Estado, hemos aprendido a usar los métodos alternativos. Redes sociales, YouTube e Internet, son los medios donde la Asamblea Ciudadana, movimientos ecologistas, originarios, obreros, urbanistas e incluso periodistas han dicho no, con mayor o menor éxito, a las imposiciones legislativas del gobierno de turno. El derogar leyes funestas, como la Reforma Minera y la Ley Chorizo, movilizó a miles y han dejando serias consecuencias a la salud física y mental de cientos de panameños.
‘No cogobernar con nadie’, es una fórmula para el desgobierno. Si alguno cuestiona tal o cual decisión, se convierte en ‘mal panameño’, tiene ‘intereses oscuros’, o sólo les interesan sus ‘inversiones inmobiliarias’, promoviéndose de manera indirecta, una lucha de clases innecesaria y peligrosa.
El ‘Cambio’, parece haberse dejado seducir por los ‘políticos tradicionales’ y repite, sin miramientos, las mismas prácticas que criticó en oposición. Según el barómetro latinoamericano, el 76% de los ciudadanos considera que hay corrupción en el gobierno. La encuesta de UNIMER para La Prensa, indica que: el 60,5% de los ciudadanos piensa que el ‘cambio’ no llegó, el 67,9% que nuestro gobernante es autoritario, el 72.3% que ha habido algún grado de enriquecimiento indebido, el 71% no quiere la reelección inmediata, el 69,6% dice que las acciones del gobierno son para el beneficio de unos pocos, 77,5% sospecha de las compras directas y el 82.6% rechaza la minería a cielo abierto.
Por otro lado, se ignoran las promesas de campaña de independencia de poderes, consulta a la sociedad civil y meritocracia. Obvian recomendaciones en temas sociales importantes, como la justicia de paz, independencia judicial, resocialización de menores, profesionalización de los agentes encargados de hacer cumplir la Ley y servidores públicos.
El transfuguismo, clientelismo, nepotismo, favoritismo y fuertes indicios de corrupción que son criticados, hasta por las iglesias, nos indignan cada día más. Un sobresalto tras otro llega a través de los medios, a una masa crítica de jóvenes, que ve el ‘juegavivo partidista’ como lo ‘normal’ de un Estado democrático. La coerción política a través del voto directo y público, permitió la absorción de un partido, olvidando los preceptos democráticos básicos del voto secreto, que garantizaría la libertad de conciencia.
Asuntos de Estado, como el medioambiente, el acceso al agua, la seguridad ciudadana, la soberanía alimentaria, el endeudamiento, la pobreza y la salud no son consensuados fuera de la esfera gubernamental, afectando la necesaria crítica que, de forma positiva permite al que gobierna, contar con las luces rojas necesarias para corregir conflictos antes de entrar en confrontación. Cuando esta ocurre, activan mecanismos de control sociopolíticos como la trivialización, el descrédito, la cortina de silencio y la ridiculización.
La bonanza económica actual y el aumento de la oferta de empleo en nuestros centros urbanos, contrastan de manera feroz con el abandono del campo, la inflación, la mala distribución de la riqueza y un pobre nivel educativo. Megaconstrucciones y megaadquisiciones, por las que se olvidan necesidades básicas de los panameños, como un alcantarillado sanitario, necesidad de agua potable y alimentos accesibles, encienden las alarmas de economistas nacionales y extranjeros, sobre un recalentamiento de la economía. Las aclaraciones, cuando existen, no son de fondo y se reducen a desvirtuar los informes, porque provienen de ‘economistas vinculados al gobierno anterior’.
En definitiva, ‘los Em... fadados panameños’, independientemente de nuestras diferencias ideológicas o sociales, debemos unirnos, como un movimiento cívico que diga BASTA YA al juegavivo, a la falta de consulta y a la desinformación. Un BASTA YA colectivo, alto y claro que retumbe en la conciencia nacional, de tal manera que las nuevas generaciones nos cuestionen y digan tácitamente QUEREMOS ALGO MEJOR.
‘En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle’, Mohandas Mahatma Gandhi.
*ASOCIACIÓN CONCIENCIA CIUDADANA.