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- 26/12/2023 13:28
Era minera y posminera en Panamá
Luego de sendas luchas patrióticas, nacionalistas o como apunta el abogado y dirigente Jorge González, como la “Gesta 2023” en franca alusión a los referentes hechos imperecederos del 9 de enero de 1964, de igual forma el pueblo se hizo sentir, ante el rejuego político empresarial con sus ya acostumbradas maniobras de manipulación que implica la presión de los globalistas, quienes son los compradores finales de los valiosos minerales y toda la estructura de poder creada para la explotación y distribución que opera esta letal actividad, donde la consigna inicial de mayor relevancia es “no a la minería en Panamá”, quedó un tanto huérfana al presionar los sectores de los acaparadores de riquezas vistos como accionistas o proveedores de la minera aniquiladora al impulsar el “sí a la moratoria minera”, luego del entramado legislativo e inmediato impulso del Ejecutivo al presentar la nefasta Ley 406, desde hace dos años a través de sus articulaciones de “oenegés ambientalistas” proyectaban la consigna del “sí a la moratoria”.
Ya desde su misteriosa aparición fuimos alertados por el Dr. Donaldo Sousa Guevara, experto, ducho en el tema ambiental desde finales de los años 70, quien nos explicó y advirtió que la moratoria no acabaría con la minería en Panamá. Indagamos e investigamos el trasfondo de esta necia propuesta y la misma proviene de los sectores identificados como los propietarios de minas al acecho y su interés particular es sacar del ordenamiento jurídico a First Quantum, S.A., optando por la vía de la inconstitucionalidad ante la malograda Corte Suprema de Justicia para que la misma salga ilesa y sin deberle nada al Estado, con la particularidad que este fallo es de carácter subjetivo, es decir que no aplica para las demás mineras que están en el juego esperando su turno con el triunfo unilateral de la moratoria. Una vez aprobada la Ley 406 las articulaciones cantaron victoria y expresaban ante los medios cómplices también del etstaus quo el final de las jornadas. Acto seguido por el incesante y repetitivo estribillo de los medios de comunicación que las protestas eran terroristas y secuestraban a la ciudadanía un asesino mató a dos indefensos, pero valientes educadores, este sangriento hecho elevó a los mártires docentes, e incrementó la lucha como desde el inicio contando con el arrojo y la valentía de nuestros paisanos originarios y su histórico ADN de lucha. Para ellos, como los lancheros de Donoso, nuestro reconocimiento imponderable.
La moratoria minera implica la suspensión de la actividad de la First Quantum, S,A,, más no así la finalización de las operaciones de explotación minera a cielo abierto en nuestro país, dejando el espacio legal para volver a ser solicitado fácilmente, además de percatarnos del oportunismo emergente por las oscuras pretensiones de los involucrados en el mortal negocio. Así se lo manifestamos a líderes de diferentes organizaciones sociales amigas. Desde la nefasta época de Odebrecht, quien puso de rodillas a los últimos gobernantes posinvasión y actuales candidatos a los puestos de elección popular, paralelamente, discretamente las mineras han venido donando a las campañas presidenciales. Hoy son las reinas del financiamiento privado aprobado por el Tribunal Electoral, como ya lo ha denunciado reiteradamente el Movimiento Independiente Nacionalista (MINA). En nuestro país cuatro veces han presentado ante la Asamblea Nacional anteproyectos de Ley para erradicar la minería a cielo abierto en Panamá, siendo desechados por este Órgano minero del Estado.Haciendo una breve analogía de las intervenciones de los grupos acaparadores de riquezas en Panamá, en 1987 se creó calculadamente la Cruzada Civilista jurando acabar con la corrupción y el narcotráfico dominado por el gobierno militar de Noriega, pactando con medios de organizaciones, las movilizaciones de aquel entonces, aprovechando la coyuntura apostaron las élites alejadas del poder su retorno, a costo del sacrificio, sudor, sangre y muerte del pueblo panameño, concretada con la salvaje e inhumana invasión norteamericana a Panamá en 1989. 34 años después, las consignas que expresaron acabar se intensificaron y el pacto se mantiene al observar los mismos actores en el escenario político, siempre con negociaciones a ultranza y con falsos discursos político-ideológicos antagónicos.
Es probable que con el resultado obtenido los acaparadores de riquezas, los actuales imperialistas criollos ¿nos hayan vuelto a utilizar como al final del período militar? Con la pasada experiencia no debemos volver a recaer en esa antigua estrategia, hoy día más maduros y experimentados es nuestro deber señalarlo para no repetir la infame historia. Lo cierto es que la lucha debe seguir y no dejar que exista una era posminera en Panamá. Nuestro país no deber volver a ser jamás un país minero. ¡No a la minería en Panamá! y ¡No a la moratoria minera! ¡Acción!