Una esperanza que se convierte en pesadilla

Al igual que a los usuarios del transporte, a los pacientes de hemodiálisis nos prometieron mejores días en nuestros tratamientos, a corto plazo, una vez que se privatizaran las administraciones de estos servicios de salud social a una sola empresa en completo MONOPOLIO, los cuales aún no cumplen.

Estamos en espera de que la empresa transnacional cumpla de manera integral el contrato por más de 126 millones de dólares que firmó con la Caja de Seguro Social, al cual nos opusimos y aún estamos por la respuesta de la Contraloría General a nuestra solicitud de AUDITO al contrato y a su cumplimiento.

Las autoridades del gobierno actual estaban convencidas de que con la inversión en construcciones nuevas y adecuaciones de las existentes de salas de hemodiálisis, se resolvía el servicio integral de salud renal que necesitan los pacientes. Muy por el contario, porque, igual que en el servicio de transporte se necesita más que un nuevo bus, una solución integral es determinante, porque la calidad del servicio de salud social renal de hemodiálisis depende de otros elementos que deben ser resueltos, como son: más personal de salud, suministros de medicamentos e insumos constantes, oportunos y de calidad, mejores condiciones salariales y de trabajos a sus colaboradores, operaciones de fístulas e injertos pendientes a más de 800 pacientes, asistencia social humanitaria al paciente y en sus citas médicas oportunas con otros especialistas vitales para mantener la salud estable del paciente de hemodiálisis.

¡Sí!, faltaban las nuevas salas de hemodiálisis, era un anhelo de todos los pacientes, pero que cumplan con las normas nacionales e internacionales de seguridad personal a los que trabajen y utilicen ante un INCENDIO en ellas, ni a los costos ONEROSOS que paga hoy la CSS, ubicadas en lugares accesibles a los pacientes no a la empresa, que cumplan con lo determina el contrato, no con ADDENDAS, favorables a la empresa concedidas por las autoridades de la CSS, una vez se adjudicó el contrato sin competidor.

El incumplimiento de promesas aseguradas a corto plazo de mejores días a usuarios del transporte público y pacientes renales, se han convertido en una PESADILLA en la práctica, después de promocionar mediáticamente las primera paladas y salida de los diablos rojos en su totalidad.

Una mayoría de panameños durante la campaña política pasada compró la ESTAFA que hoy vivimos de mejores días en los servicios públicos de: salud y transporte, otra es la realidad que vivimos la mayoría de panameños, por los incumplimientos de estas empresas que reciben penalizaciones irrisorias para el monto de sus concesiones y contratos, en nombre del desarrollo macroeconómico, que nos mantiene sin dormir pensando si recibiremos el servicio de hemodiálisis y si lograremos regresar a casa a tiempo, ante la falta de un bus disponible para trasladarnos al hogar.

Son pocas las esperanzas que nos queda frente al panorama político que nos ofrecen para la próxima campaña electoral, las ofertas de candidatos presidenciales, nos indican más de lo mismo, pero peor que antes; así, el escenario es difícil para la mayoría, ya que los dueños del país seguirán gobernando solos, a costa de las necesidades del pueblo.

ACTIVISTA SOCIAL.