• 29/04/2013 02:00

Aquí no hay indignados

Da pena que hoy es lunes 29 de abril y estemos de día de asueto por un evento que deberíamos celebrar el próximo miércoles 1 de Mayo: El...

Da pena que hoy es lunes 29 de abril y estemos de día de asueto por un evento que deberíamos celebrar el próximo miércoles 1 de Mayo: El Día Internacional de los Trabajadores. Este es el segundo año que el gobierno decreta día puente para esta fecha de tanta transcendencia para el trabajador mundial. Tengo la impresión de que el común del trabajador panameño solo quiere el día libre; pero de sus bocas no sale algo alusivo y que sea de congratulación de grupo. ‘Fiesta comunista’ o de los ‘trabajadores revoltosos’ o de ‘sindicalistas’ como muchos, con dejo de ignorancia, han promulgado y muchos otros creen.

A la larga, con el pasar de los años, como ya está ocurriendo, el motivo del asueto y su celebración perderá todo su significado y su valor. Sabe el común del panameño ¿qué representa el Primero de Mayo? La respuesta fácil es que se celebra el Día del Trabajo. Otra respuesta sería que se celebra el Día Internacional del Trabajo. Sencilla y logran el objetivo de no parecer ignorantes. Para los empresarios y comerciantes es un día menos para hacer dinero; pero (y siempre hay un pero), a eso se debe que se traslade el día para hacer el puente durante el fin de semana. Como sabemos, no del todo se trata de darle tiempo al trabajador para que visite a sus familiares en el interior del país como pretenden hacerlos creer. Más se trata de lo que se no facturan en la capital, cerrando sus negocios en medio de la semana, lo obtengan de alguna manera con el gastos que se traslada a los negocios a lo largo de las playas y los comercios locales en el interior del país.

Pero a todos, en particular a los que están en las filas de las paradas, copio lo que señala el portal Wikipedia. ‘El incidente de Haymarket o revuelta de Haymarket fue un hecho histórico que tuvo lugar en Haymarket Square (Chicago, Estados Unidos) el 4 de mayo de 1886 y que fue el punto álgido de una serie de protestas que desde el 1 de mayo se habían producido en respaldo a los obreros en huelga, para reivindicar la jornada laboral de ocho horas. Durante una manifestación pacífica, una persona desconocida lanzó una bomba a la policía que intentaba disolver el acto de forma violenta. Esto desembocó en un juicio, años después calificado de ilegítimo y deliberadamente malintencionado, contra ocho trabajadores anarquistas, donde cinco de ellos fueron condenados a muerte (uno, se suicidó antes de ser ejecutado) y tres fueron recluidos; denominados: Mártires de Chicago por el movimiento obrero. Posteriormente, este hecho dio lugar a la Conmemoración del 1 de Mayo, originalmente por parte del movimiento obrero; y, actualmente, considerado en la gran mayoría de los países autodenominados democráticos’.

Unas siete décadas antes, en 1810, Robert Owen durante la Revolución Industrial en Gran Bretaña, inició un movimiento que exigía una jornada de diez horas. Owen lo instituyó en su empresa socialista en New Lanark. En 1817 se formuló el objetivo de la jornada de ocho horas y acuñó el lema ‘ocho horas de trabajo, ocho horas de recreación, ocho horas de descanso’.

En Inglaterra, en 1847, a las mujeres y los niños se les concedió la jornada de diez horas. En Francia se obtuvo la jornada de 12 horas después de la revolución de febrero de 1848. El Congreso Obrero Socialista, celebrado en París en 1889, estableció el 1 de Mayo como el Día internacional de los Trabajadores en todos los países por acuerdo de la jornada de lucha reivindicativa.

Los Estados Unidos, el Reino Unido y el Principado de Andorra no reconocen esta fecha oficialmente, a pesar de que para Estados Unidos es en homenaje a los Mártires de Chicago. De todas maneras, a pesar de eso, en Boston (recientemente en las noticias mundiales), entre muchas otras ciudades en los Estados Unidos, habrá una serie de actividades en el Boston City Hall Plaza. Las causas y consignas de los que convocan llaman a: ‘Ayuda económica para los trabajadores, no para Wall Street’, ‘Los derechos de los inmigrantes son los derechos de los trabajadores’, ‘Dinero para el empleo y educación, no para la guerra y la ocupación’, ‘La residencia permanente para todos los trabajadores’ y ‘La unión hace la fuerza, divididos caemos’.

Ahora lo que pido es que pensemos de nuevo y analicemos a profundidad la importancia de esta fecha para reconocerla como de las más importantes. Si trabajas ocho horas en una empresa, ¿cuántas horas te toma ir y venir de tu casa?, ¿cuántas horas en el sistema de transporte, aunque tengas vehículo propio?, ¿ocho horas de trabajo, ocho horas de recreación, ocho horas de descanso?, ¿es eso así?: ¡Qué descanso!, ¡qué recreación!

La motivación y el logro de hace 124 años por salvar al trabajador común de un claro y evidente sistema de esclavitud, impuesto por los que solo se beneficiaban económicamente de sus esfuerzos y de sus vidas, se ve dramáticamente empañado por la indiferencia del trabajador panameño ante lo significativo de esos eventos y de la fecha de reconocimiento que ha marcado ‘beneficios’ para todos. Peor aún hoy continúa ese mismo trabajador sin disfrutar de esos beneficios en aras de la llamada prosperidad. Allí, en la fila, nos toca indignarnos con más fuerza y determinación.

COMUNICADOR SOCIAL.

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