• 04/02/2024 00:00

La amenaza de los medios digitales en los procesos electorales

En la era digital, donde la información fluye a una velocidad vertiginosa y las fronteras entre el mundo físico y el ciberespacio se desdibujan, los procesos electorales en Latinoamérica enfrentan amenazas cada vez más sofisticadas. Las herramientas digitales, que en un principio prometían facilitar la participación ciudadana y transparentar los procesos, ahora se han convertido en una preocupación creciente.

La propagación de desinformación y noticias falsas ha alcanzado niveles alarmantes en América Latina. Plataformas sociales, como Facebook y Twitter, se han convertido en campos de batalla en donde actores malintencionados siembran la desinformación, creando narrativas falsas para influir en la percepción pública. En países como México y Brasil, se ha visto cómo estas tácticas han impactado significativamente en la toma de decisiones electorales.

En México, en el año 2018, durante las elecciones presidenciales, se difundieron masivamente noticias falsas que vinculaban a candidatos con crímenes inventados y conspiraciones. Esto generó confusión y desconfianza entre los votantes, afectando la integridad del proceso electoral.

La digitalización de los sistemas electorales también ha expuesto vulnerabilidades significativas. Ciberataques dirigidos a bases de datos, sistemas de votación electrónica y plataformas de conteo de votos representan una amenaza directa a la integridad de los procesos electorales.

En Ecuador, en el año 2021, durante las elecciones presidenciales, se detectaron intentos de intrusiones cibernéticas en el sistema electoral ecuatoriano. Aunque no se logró comprometer la integridad del proceso, este incidente resalta la urgente necesidad de reforzar las defensas cibernéticas en toda la región.

Las redes sociales se han convertido en un terreno fértil para la compra de influencia política. Actores externos, interesados en manipular los resultados electorales, financian campañas publicitarias y promueven contenidos sesgados para favorecer a ciertos candidatos.

En Argentina, en el año 2019, durante las elecciones presidenciales, se identificaron patrones de financiamiento ilícito a través de redes sociales. Grupos externos invirtieron grandes sumas de dinero para promover mensajes a favor de ciertos candidatos, distorsionando el proceso democrático.

La interferencia de actores extranjeros en los procesos electorales latinoamericanos es una realidad que ha cobrado relevancia. Desde la infiltración en campañas políticas hasta la manipulación de la infraestructura tecnológica, las amenazas provienen de diversas fuentes.

En Colombia, en el año 2022, durante las elecciones locales, se descubrió que grupos extranjeros intentaron hackear las campañas electorales de varios candidatos. Esta intrusión plantea interrogantes sobre la soberanía y seguridad de los procesos democráticos.

Las amenazas digitales en los procesos electorales de América Latina son una realidad innegable. Para garantizar la salud de la democracia en la región, se requieren acciones concretas, como el fortalecimiento de las defensas cibernéticas, la regulación efectiva de las redes sociales y la promoción de la alfabetización digital.

En una entrevista, el Magistrado Alfredo Juncá Wendehake señaló que para las elecciones de 2014 en Panamá se habían detectado un total de 1.4 millones de ataques en contra de la plataforma de elecciones, cifra que aumentó dramáticamente a 92 millones para las elecciones de 2019. Esperamos que el Tribunal Electoral se encuentre preparado para el creciente aumento de la amenaza digital a las elecciones.

El autor es docente, político
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