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- 17/11/2020 00:00
Lecciones aprendidas sobre las elecciones en EUA (I)
La historia del sistema electoral norteamericano es tan accidentada y llena de contradicciones que cualquiera que se remita a su origen y Constitución quedaría verdaderamente impactado. Inicialmente, luego de su independencia en 1776, los requisitos para emitir el voto eran exclusivo para hombres blancos, mayores de 21 años y poseedores de tierras, nada extraño para la época esclavista.
A partir de 1863, Abraham Lincoln impulsa la Proclamación de Emancipación, iniciando el proceso abolicionista de la esclavitud, en plena guerra de Secesión, pero no es hasta 1865 cuando se decreta la Decimotercera Enmienda Constitucional, que prohibía la esclavitud y no es hasta 1870, con la Decimoquinta Enmienda, en la que se le confiere el derecho al voto a la etnia negra norteamericana.
Esta normativa suprema no limitó que en varios Estados continuara la discriminación en contra de los negros norteamericanos, hacemos la salvedad de que el concepto afrodescendiente es también discriminatorio, pues induce a sustentar que los mismos no son nacionales de Estados Unidos, las trabas discriminatorias por parte de las autoridades electorales incluían pruebas de alfabetismo e impuestos para votar.
Las mujeres fueron también relegadas del sistema electoral, su lucha por ser reconocidas se inició desde 1910 hasta 1920, por medio de la Decimonovena Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Por situación similar, también fueron víctimas los pueblos originarios de Norteamérica, que tuvieron que esperar hasta 1924, cuando, a través de una ley, se les “otorgan” sus derechos ciudadanos. Si pensábamos que con estas normativas acabaría la discriminación étnica cimentada institucionalmente estábamos equivocados.
En 1964, impulsan la Ley de los Derechos Civiles, que invocaban la participación de todas las mujeres y hombres mayores de 21 años sin distingo de origen étnico, religión y educación, lo constituyeron como el voto universal, promocionándolo en todo el continente.
Como dato importante, siendo obispo en Veraguas, monseñor Marcos Gregorio MCgrath protesta ante dicha política, explicando que para sustentar el voto universal, en nuestro país, se debía implementar una campaña de alfabetización; extraordinario obispo, visionario y revolucionario de nuestra Iglesia católica, ausente su ejemplo en el actual alto clero.