• 18/12/2023 13:15

Maestros, demonios y el exorcista PISA

Los eternos diputados entendieron que la desigualdad es un fenómeno natural y necesario para su reelección

En un país que ha sido naturalizado el saqueo del erario público por los eternos diputados en los últimos 30 años, la pandemia de la Covid originó una crisis histórica de infraestructuras en el sistema educativo panameño y desnudó la marcada desigualdad de la nación que condujo a una gran deserción universitaria y gran migración de estudiantes de escuelas particulares a escuelas y colegios oficiales. El gobierno prefirió salvar las instituciones donde se lava el dinero de la corrupción, que ser solidario con la educación particular ( complementaria ), porque tenían un chivo expiatorio para el país más desigual de América: los maestros y profesores ambientalistas.

La covid-19 y la informalidad preexistente han causado una crisis sin precedentes de desempleo, pero sobre todo de hambre, porque más del 60% de la población trabaja en condiciones de informalidad donde utilizaban el vale digital para complementar la canasta básica panameña que se encuentra más incansable que nunca. Se agudizó la desconfianza de la población con las autoridades cuando eliminaron el debate público de leyes ambientales que nos conciernen a todos.

Se viven con mucha fuerza momentos de odio y gran polarización, como cuando en el país se abolió la esclavitud y los señores propietarios de tierras, de esclavos, fueron de cierta forma derrotados en su estrategia de mantener la esclavitud por más tiempo. Hay cambios de forma profunda y sienten sus intereses corruptos amenazados. El aumento de la pobreza y la desigualdad en Panamá se correlacionó al aumento significativo de contratos millonarios directos para los donantes de campaña electoral en la pandemia. ¿Reelección para la amnistía de la pandemia?

Los eternos diputados entendieron que la desigualdad es un fenómeno natural y necesario para su reelección; y sus políticas han fracasado intencionalmente en reducir la herencia de la dictadura militar panameña del siglo XX.

Los maestros y profesores que viven, hace años en la comunidad, cerca a sus escuelas, conocen los problemas de educación, de salud, de trabajo y de seguridad. Tienen más respuestas y construyen espacios de sociabilidad, espacios de integración y fraternidad que las instituciones tradicionales hoy no consiguen ofrecer. Se han convertido en los enemigos de los diputados, representantes y su descentralización paralela. Los maestros son enemigos porque exigían un debate minero en una sociedad democrática por lo cual hay que utilizar la vieja confiable en diciembre 2023: fracasamos en la prueba PISA por los maestros revoltosos.

Hoy los políticos tratan de usar como chivos expiatorios a los educadores del problema de desigualdad que ellos no han podido resolver y se le olvida el rol de los maestros de comprarles tarjetas de celular a sus alumnos y asegurar la conexión a internet y sus clases en pandemia. Docentes que no sabían si tenían que buscar la ayuda de bolsas de comida para la familia de sus alumnos o hablar de valores, enseñar química o historia o resolver qué hacer con 50 estudiantes en vez de 30 por la migración de escuelas particulares a las oficiales. Apostaban en la era digital de una “amnesia histórica”, el borrón y cuenta nueva en cada lustro.

¿Están en la búsqueda de recursos económicos para empresas donantes de campaña que venden cursos y capacitación, libros, programas para entrar al mercado usando la Prueba PISA y satanizando a los maestros? ¿Quieren eliminar el rol social y pedagógico del educador panameño? ¿Las pruebas PISA han impactado concretamente el proceso educativo en los países que se realizan? ¿Quién quiere ‘rankear’ escuelas y beneficiar el negocio privado?

La escuela es plataforma de la patria y la estrella del gobierno fue la “soberanía alimentaria” pero eliminaron la “soberanía pedagógica”. ¿Están detrás de préstamos de Ifarhu para que los panameños se endeuden para escuelas particulares?

El autor es cirujano subespecialista

Lo Nuevo