• 02/08/2011 02:00

Como paciente, ¿puedo colaborar en la consulta médica?

MÉDICO INTERNISTA GENERALISTA.. E s casi una rutina para los pacientes acudir a una consulta médica por lo que se puede llegar a conver...

MÉDICO INTERNISTA GENERALISTA.

E s casi una rutina para los pacientes acudir a una consulta médica por lo que se puede llegar a convertir en un encuentro frío y muchas veces frustrante. Es un momento en que se entrelazan la conciencia del galeno y la confianza del paciente.

Dado que en Panamá la consulta externa estatal se puede promediar en un tiempo de 15 minutos por paciente, debemos entre ambos hacer más eficaz ese momento. He dicho siempre que con este modelo de atención quizás ‘maquilamos’ pacientes, más que atenderlos. La atención privada organizada produce mejores expectativas, pero pueden ocurrir también lamentables situaciones por ‘el corre, corre’. Hay discretas mejoras en dicha distribución del tiempo, a nivel público, si comparamos con otros países hermanos.

Llegar a un diagnóstico presuntivo o final es un proceso de investigación. Primero una historia clínica, luego un examen físico y el aporte de estudios de laboratorio o imágenes (rayos X) para comprobar o descartar el diagnóstico. Toma tiempo.

Algunos consejos para el paciente previo su llegada con el facultativo son:

1— Si le es posible tomar su temperatura corporal bajo sospecha de fiebre. Si no lo sabe, es bueno aprenderlo. Es sencillo.

2— Tratar de anotar sus síntomas en forma ordenada (inicio, duración, frecuencia, etc.).

3— Preparar el listado de medicamentos recetados o autorecetados, inclusive los de origen herbario o mejor llevarlos.

4— Si es hipertenso o diabético y tiene facilidades de aparatos ambulatorios para registrar cifras, es bueno llevar las últimas.

En el momento de la entrevista es bueno recordar: antecedentes de enfermedades y cirugías que se han realizado. Historia de enfermedades de la familia cercana: padres, hermanos o abuelos. Sus hábitos en cuanto al uso de cigarrillo o alcohol. Alergias conocidas (¡muy importante!). Loable sería escribirlas para no dejar nada a la memoria. Los síntomas apoyan en un 80% las posibilidades diagnósticas. Omitirlos en la historia clínica hacen más difícil la labor de atención.

Por supuesto, hacer énfasis en los síntomas por los que acudió. Médico y paciente deben cerciorarse de que se están comprendiendo mutuamente. Si lleva resultados de exámenes, trate de ordenarlos y eliminar una serie de clips innecesarios que los protegen (¿de quién?). Los exámenes son suyos. Los interpreta el facultativo. Acostúmbrese a sacar copias de sus laboratorios, radiografías u otras pruebas para que tenga su propio expediente en casa por si acude a una urgencia o a otro facultativo, ya que esos antecedentes son importantes. Se evitan costos tangibles (medibles) y no tangibles: dolor, angustias, etc.

Le toca al médico principalmente estructurar y guiar la entrevista, pero la ayuda que le pueda proporcionar el paciente con algunos de los consejos emitidos hará más productivo dicho encuentro.

Luego del diagnóstico presuntivo realizado por el colega y ordenados los medicamentos, laboratorios o estudios de imágenes (rayos X), es recomendable solicitar aclaraciones pertinentes.

Informarse sobre efectos secundarios más comunes de las medicinas que han sido prescritas. De no poder hacerlo con su médico, acudir al farmacéutico. Hay páginas de Internet, como ‘Medline Plus’ en español, que lo orientarán al respecto.

Este escenario puede resultar muy idealista, pero de lograrse redundaría en beneficio de ese binomio importante médico—paciente.

Tengamos en cuenta que precisamente por esa escasez de tiempo, sobre todo en una primera entrevista, se pueden olvidar datos importantes. Pueden también postergarse algunos síntomas no valiosos en esta primera entrevista por lo corto del tiempo. Discriminarlos es labor del colega.

Recordar también que como paciente tengo el derecho a solicitar otras opiniones cuando me nacen dudas que no han sido resueltas por el médico tratante. Igual cuando se me propone una cirugía que no es de urgencia y no me satisfacen las respuestas dadas.

En la medida en que médico y paciente hagan una alianza en pro de mejorar la salud practicaremos cada día una mejor medicina. Y ello incluye por supuesto seguir las indicaciones del profesional.

Finalmente y producto de una vieja lectura, repito algunos ‘consejitos’ que permiten (cuando se pueda) escoger mejor a su médico.

1— Ante todo escoger un médico de cabecera. Evitamos así fragmentar la atención médica. Principalmente deben ser médicos generales o especialistas en medicina familiar. Los Internistas generalistas, como yo, (en extinción) hacemos más las veces de consultoría y consejería o un manejo compartido con los colegas mencionados.

2— Evalué el comportamiento o actitud del médico, evitando los que se dedican solo a referir pacientes en forma no necesaria. Igual si la actitud es mandar ‘pilas’ de exámenes con frecuencia.

3— Preferible también que sea un colega creyente en la medicina preventiva.

4— Conocer las experiencias de familiares y amistades con el médico a elegir son importantes.

5— Trato y atención del colega es importante.

En otros países previo entrada a la consulta se le proporciona una encuesta que recoge algunos datos importantes del paciente y facilita la misma. Se gana tiempo. Las mismas las responden con ayuda de personal de asistencia médica. ¿En Panamá?

Aclaramos que, por la complejidad de cada paciente en su enfermedad, la consulta puede tomar más tiempo. Sepamos eso para no impacientarnos como pacientes cuando nos ha precedido un caso de esta naturaleza.

Este aporte lo hago desde una visión de Internista generalista, es decir no subespecializado, (cardiología, reumatología, hematología etc.). Toca a otros dar más opiniones.

Los médicos somos seres humanos y como tal podemos errar involuntariamente. Existe el hombre médico y no el cristo—médico. Ustedes nos pueden ayudar. Queda resuelta la interrogante.

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