Una mujer en el Fondo

EX DIPUTADA DE LA REPÚBLICA.

Con la renuncia del anterior director—gerente en circunstancias desagradables, se ha designado por primera vez en la historia del Fondo Monetario Internacional —FMI— a una dama en esa alta posición. No se requieren conocimientos especiales —que no poseo— para confiar en Christine Lagarde, pero recién tomó posesión brindó una conferencia en la que demostró carácter, experiencia, formación y don de gentes necesarios para contribuir a aliviar las tensiones en el sistema financiero mundial. De esa entrevista, difundida por el Internet, quiero resaltar apenas algunas de sus ideas y contrastarlas con políticas sobre iguales temas en nuestro país.

Función del FMI. Tres funciones básicas: supervisar las finanzas públicas, brindar financiamiento en situaciones críticas y hacer recomendaciones a los países miembros. Es esencial cuidar la credibilidad del organismo para lo cual todos los países miembros —desarrollados, emergentes o menos desarrollados— deben ser medidos con la misma vara, sin discriminaciones ni privilegios. ¿Cómo se nos trata?

Inversión extranjera. Hasta hace poco las inversiones de mercados emergentes —Brasil, China, India— eran colocadas en economías desarrolladas —Estados Unidos, Europa—, pero hoy, por las bajísimas ganancias ofrecidas en esos países, el flujo de inversiones cambió de dirección. El riesgo es que no estemos preparados para asimilar ese exceso de capital extranjero y no podamos aprovecharlo adecuadamente, inclusive que nos resulte dañino. ¿Existe ese peligro en Panamá?

Inflación. Esa misma afluencia de capital extranjero y el alto costo del petróleo aumentan la amenaza de inflación en mercados emergentes. De especial cuidado es el costo de los insumos agrícolas importados, que eleva el precio de la vital canasta de alimentos. ¿Vaticina el MEF una inflación de 5% este año?

Control fiscal. Su preocupación inmediata es el problema de la deuda soberana, desbordada en países como Grecia. No se le prestó atención a tiempo y hoy se paga el precio por unas finanzas públicas sin control y por el excesivo endeudamiento. Un control oportuno y prudente resulta esencial para no caer en igual estado catatónico. ¿Tienen razón quienes hoy advierten de un probable exceso en nuestro endeudamiento público?

Su estilo gerencial. Trabajará en equipo y mantendrá permanente comunicación con el directorio, subgerentes y directores de departamentos. No siendo experta, hará preguntas, oirá opiniones de quienes saben y evaluará soluciones. Será conductora de orquesta, no pianista o violinista. Los análisis financieros que produzca deberán tomar en consideración aspectos económicos y sociales pertinentes para brindar un panorama integral de los temas que aborde o sus recomendaciones. ¿Igual acá?

Su propia capacidad. Cuestionada por su posible falta de experiencia previa, afirma que los hechos se ocuparán de demostrar la realidad. Se debe juzgar una persona por lo que hace, no por lo que dice. ¿Y nosotros?

Funcionarios del Fondo. Cada uno es especialista en su campo; merece absoluto respeto por su valor como persona y en sus criterios técnicos. Son el recurso más valioso de la institución; ella se enriquece con una política tendiente a atraer personas de diversos antecedentes culturales, étnicos, religiosos, académicos o de género. Sin excepción, los funcionarios deben sentirse orgullosos de su institución, satisfechos por sus resultados y cómodos siendo parte de ella. También deben observar los más altos estándares éticos en su conducta personal y profesional, para lo cual se instituirán seminarios periódicos que capaciten permanentemente sobre el comportamiento ético que deben observar en todos sus actos públicos o privados. ¿Sana práctica que podríamos copiar?

La justicia y los medios. El objetivo de todo sistema legal es la búsqueda de la verdad; en ese camino, se debe respetar la presunción de inocencia. Algunas veces la prensa no la honra por su afán de encontrar la noticia impactante, como pudo ocurrir con su antecesor. Igual sucede cuando se divulgan medidas del Fondo cuyos resultados serán de largo plazo, pero se crean expectativas de remedios inmediatos.

El tiempo dirá si esta dama posee lo necesario. Pero me atrevería a asegurar que, entre quienes hoy nos niegan la paridad de género en materia política, son pocos los capaces de llegar al nivel de competencia y liderazgo de una Christine Lagarde.