La neutralidad

El istmo cambió el clima mundial, dio el paso a Sud América y su posición geográfica ha sido envidiada por colonizadores y piratas. Ya en el siglo XIX los Tratados Mallarino-Bidlack y Thompson-Urrutia en la época colombiana pretendían una influencia militar extranjera. Objetivos: 1— El control comercial y 2— El control militar. Pero, desde siempre los istmeños hemos buscado desarrollo social y neutralidad. Las oligarquías locales aspiraban un desarrollo agrario (Porras) e independencia. Nos iniciamos intervenidos y contra eso lucharon muchos: Acción Comunal, Arnulfo Arias, Frente de la Juventud y culminó con la gesta del 9 de Enero de 1964.

El Congreso de la Soberanía especificó: Nuevo Tratado del Canal con sus nuevas especificaciones. El pueblo exigía un Tratado de Plena Soberanía sin intervenciones extranjeras. USA impulsó una dictadura, inclusive con su intervención militar, 1968 en Chiriquí, para imponernos su Tratado del Canal y otro de Neutralidad y Funcionamiento de la Región de Tránsito. Además de Instrumentos de Ratificación de Enmiendas y Reservas. Enmienda De Concini que a su interpretación les permite la intervención militar de USA en el país. Y condicionantes a la soberanía económica del Canal en los peajes, sujetos a consultas y literales controlados por USA. La intervención de USA para instalar la dictadura fue denunciada previamente por Leopoldo Aragón con documentos del Pentágono.

Estos tratados fueron firmados sin libertades públicas, sin partido políticos, con los principales nacionalistas exilados y en un plebiscito de dudoso resultado. La Constitución del 72 con su artículo 277, daba al general Torrijos plenos poderes para decidir la política exterior del país. Las reformas del 94 y la Ley Orgánica del Canal sustentaron una serie de cláusulas, entre otras sobre límites marítimos con Nicaragua, que han cobrado actualidad con los recientes fallos de la Corte de la Haya. El Tratado de Neutralidad, que comprende la Región de Tránsito, realmente nos convierte en Protectorado de USA, con graves riesgos ante las políticas exteriores de USA, con sus enemigos por el terrorismo y las nuevas relaciones geopolíticas con China y Medio Oriente.

Recibimos un canal obsoleto, que USA no quiso modernizar por lo costoso, y tampoco dejó las reservas legales ni provisiones para su mantenimiento, ni reemplazo. Las Reservas sobre excedentes para la modernización del Canal nunca fueron reservados ni aportados por USA.

La Ley Orgánica que se refiere a las tasas por Toneladas Netas transportadas, del Título Constitucional, es preciso revisar su cumplimiento, como está establecido. Parece que actuaron con el traspaso de bienes, no de prerrogativas.

La actual ampliación es de exclusiva responsabilidad y endeudamiento de la ACP, que se ha estado haciendo con los recursos que debieron corresponder al desarrollo social del país y que fueron las razones porque distinguidos patriotas se opusieron a la forma y momento de inicio de la ampliación; no por la necesidad y conveniencia de la obra, sino por su forma de financiamiento que ha traído limitaciones en el desarrollo social popular y endeudamientos, aparte de sus actuales problemas internos.

Ahora con un nuevo canal ampliado, el Tratado de Neutralidad y Funcionamiento suscrito con USA, incluyendo el patrimonio inalienable y el patrimonio económico, así como sobre las aguas territoriales y límites marítimos, y los argumentos esgrimidos para mantener el objetivo de defensa y control sobre el Canal deben ser descartados, dadas las circunstancias en que fue aprobado, aun con plebiscito; y más aún dadas las actuales condiciones de funcionamiento del Canal y las nuevas condiciones geopolíticas mundiales. Las notas de entendimiento sobre los literales para aumento de los peajes y la reserva 4, no solo condicionan nuestra soberanía económica, sino que traen una amenaza de intervención militar. El riesgo no es solo militar, también lo es financiero y marítimo.

El Tratado de Neutralidad y de Paz tiene que ser modernizado y actualizado, y evaluar su posible garantía con la participación del Consejo de Seguridad de la ONU, sin ninguna posibilidad de intervención de ninguna potencia, en ninguna circunstancia. Esta materia amerita una amplia consulta y gestiones diplomáticas previas. Ahora que el actual gobierno pregona sus raíces panameñistas (Linares). Ese pensamiento panameñista, que inspiró el 9 de Enero de 1964 tiene que ser rescatado, eliminando su ‘copia distorsionada’ del panameñismo original, que se dio con el paraguas Pentágono-PRD y que el tráfico de armas diera excusas para una invasión.

Ese panameñismo ideológico que ha sido y es el motivo de las luchas populares por más de un siglo, hoy debe ser el pegamento de unión del pueblo, que tiene que darnos la real independencia, soberanía y desarrollo social, para un Panamá Mejor.

MÉDICO Y EX MINISTRO DE ESTADO.

—ELIMINE LOS CRIADEROS DE MOSQUITOS.

—EN MEMORIA DE TODOS LOS CONSTRUCTORES DEL CANAL.