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- 23/06/2013 02:00
Un aniversario en el olvido
Cincuenta años han pasado desde que Alcides Bernal, Alejandro James y Waldemaro Osorio y el apoyo de 19 entusiastas jóvenes nadadores, entre las cuales destacaba una sola mujer Doris Zambrano, fundan en la ciudad de Panamá, la Brigada de Salvavidas Voluntarios, en junio de 1963, convirtiéndose en el primer cuerpo técnico especializado de la entonces cruz roja nacional.
Cada domingo se reunían frente a la vieja piscina Adán Gordon y con el apoyo de la entonces Guardia Nacional, partían, con todo el ánimo del mundo, a salvaguardar a los bañistas de las playas del Pacífico, su equipo consistía en los equipos de rescate acuático de segunda mano traído de las piscinas de la Zona del Canal y un lema que encerraba esa abnegación por el bien del prójimo ‘Servir es un Deber’.
Cincuenta años después, sin pena ni gloria, solo el amarillento pergamino con un marco de aluminio atornillado, en que se documenta la creación de este grupo, les sobrevive abandonado y sin darle la importancia en algún lugar de un deposito dentro de una polvorienta cajeta.
Me hice salvavidas muy joven, pero llegué a conocer el sentimiento de pertenencia a este grupo en sus días finales. Un jovial Ramón de la Guardia (q.e.p.d) fue de quien por vez primera escuché la historia de la fundación de esta brigada. Trabajé en la Zona del Canal como salvavidas y tuve de compañeros a José Felipe Navarro, Luis Arjona y Rogelio Farnum, he compartido la docencia con Alcides Bernal (q.e.p.d) y Doris Zambrano, no hay palabras para describir el orgullo y la sa tisfacción del trabajo realizado voluntariamente, cuando aun la patria era boba y no había una ley que regulara el ejercicio del salvamento acuático.
Ese viejo pergamino, mudo testigo y sobreviviente del olvido es la prueba fehaciente de que los salvavidas en Panamá estuvieron unidos y organizados, la lucha solitaria que lleva a cabo Nelson Lara, actual presidente de la Asociación de Guardavidas de Panamá, busca reivindicar lo que un día fue una actividad voluntaria en una profesión.
Atrás quedaron esos días en que cientos de jóvenes acudían a la institución creada por Henry Dunant a tomar un curso de salvavidas, curso que hoy día es imposible de tomar, por el alto costo, o pagas más de B/.200.00 o te sometes a 45 días de entrenamiento.
Es cierto que cada organización crea y ejerce sus pautas de formación, pero yo creo y me uno a la filosofía del profesor Alcides Bernal —que haya salvavidas, formados a costos mínimos—. Con estas palabras saludos a esos 22 pioneros. ¡Yo no los olvidé!
MAESTRO INSTRUCTOR DE GUARDAVIDAS.