El alcalde colonense denunció que una mayoría del Consejo municipal echó abajo estructuras de desarrollo humano
- 28/09/2011 02:00
El que todo lo sabe
ESPECIALISTA DE LA CONDUCTA HUMANA
En mi artículo anterior —’La amante siniestra’— hice referencia sobre la todología, que hay quienes la definen como el arte del conocimiento de todas las cosas y dominio de todas las habilidades. A este tipo de personas se les conoce como ‘todólogos’ que suelen saber de todo y hacer de todo. Pero, sin el debido control, corren el riesgo de padecer de ciertos trastornos psicológicos.
Sobre el tema tratado, una amiga lectora me hace la siguiente pregunta: ¿Aquel comunicador social que se cree todólogo se debe a un problema de personalidad o sencillamente un modus vivendi o ambas opciones? La pregunta me hizo profundizar en el tema y me parece que estamos hablando de dos tipos de clasificaciones: el ‘todólogo’ y el ‘sabelotodo’. El siguiente perfil lo ofrezco como ayuda para que saquen sus propias conclusiones. Empecemos por:
El sabelotodo hablantín: la mayor parte del tiempo te los encuentras en los cafés populares y en los medios. Hablan de todo. Del momento actual son expertos. Aunque no sepan nada, te hacen ver que saben de todo. Su falta de sinceridad se mide por su mirada, que suele ser evasiva. Así como te alaban, te destruyen. Cuídate de ellos.
El sabelotodo politiquero: estos sí que son fáciles de reconocer. No tienen vergüenza alguna. Su estilo: la mentira y el engaño que lo suelen ejercitar desde la campaña política. La promesa es su mecanismo de defensa. Para conquistar a los electores hablan del sol, de la luna y de las estrellas acompañados de un futuro prometedor. Se convierte en un cuentero y de lo más astuto. Muy parecidos a los grandes actores y actrices de películas taquilleras. Son bastante sensibles. Mientras comulgues con ellos, todo está bien. De otra manera, buscan la manera de quitarte de su camino.
El sabelotodo charlatán y farsante: estos son los clásicos hierberos, santeros y espiritistas. Su lenguaje es seductor, atractivo y enlazador. Son expertos en pirámides, horóscopos, hierbas alucinantes, y un largo etcétera dizque en materia del más allá. Mientras existan los incautos, estos charlatanes, existirán. Ellos lo saben y a los dueños de medios no les importa, después que lucren con estos farsantes del dolor humano.
El sabelotodo perfecto: Es el clásico buscapleitos. A estos te los encuentras a toda hora en los medios. Opinan de todo, porque creen saber de todo y cuando no están de acuerdo con lo que tú dices o escribes, prepárate, porque para ellos eres un HP. Buscan desprestigiarte y desacreditarte, al no estar de acuerdo con tu opinión. Son expertos en usar palabras soeces. Fácil los encuentras en los comentarios al pie de una noticia o artículo de opinión. Suelen escudarse bajo el anonimato. Su personalidad: cobardes y envidiosos desde el nacimiento.
El sabelotodo emocional: se emociona con todo lo que ve y escucha. Se deja influenciar fácilmente. Solito se enreda en sus conclusiones al opinar sobre alguna situación. Por su inseguridad se mantienen en la nebulosa. A las finales todo debe estar acorde a lo poco que sabe. Son expertos en repetir lo que otros dicen.
El todólogo consagrado: dedicado a lo que sabe hacer. Se esmeran por ser los mejores. Por ejemplo, el caso de Mariano Rivera, entre otros. En él hay un antes, durante y un después. Este panameño que juega en las Grandes Ligas es todo un espectáculo en su camino al montículo. Al comienzo te lo encuentras sentado en el dogout, con su mirada fija y conectada hacia el terreno de juego. Espera el llamado de su director de equipo y sale a calentar su brazo derecho con la ayuda de una fuerza indescriptible que le sale del alma y del corazón. Sale del dogout con ese semblante inexpresivo, concentrado y, con este caminar pausado y seguro hacia la cima. Ya montado en la lomita hace su acostumbrada genuflexión hasta la cintura, vuelve y se reincorpora, coge impulso levantando su pierna izquierda y, lanza con su derecha esa recta que se llega a desviar exactamente en el momento preciso y, en cosas de segundos manda al contrincante a llorar a su dogout. A mí no me importa si Mariano Rivera es gringo o panameño, lo que me importa es que como ser humano y creyente de Dios ha sabido superarse como los grandes, tratando de hacer bien las cosas con lo que sabe hacer.
El todólogo sincero: claro que los hay. Son gente con una inteligencia envidiable. Grandes lectores e interesados en saber de todo. Gozan de una memoria que les facilita la asimilación de diversas disciplinas. Suelen ejercitarse en la humildad. Hacen y se expresan sin mostrar su capacidad intelectual y habilidades innatas. Hablan en el momento preciso sin hacer alarde de su sapiencia. Suelen ser hiperactivos al momento de trabajar sin cometer error alguno.
A la pregunta de mi amiga lectora y por lo antes expuesto, puedo confirmar que existe una diferencia abismal entre un ‘todólogo’ y un ‘sabelotodo’. En el sabelotodo predomina un problema de personalidad que se convierte en su modus vivendi. Si no perteneces a ninguna de estas dos clasificaciones, lo valioso es el uso que le des a lo poco o mucho que sabes para tu bien y para el bien de todos. La humildad es el elemento clave a seguir, porque te previene de ese ego destructor.