• 21/08/2011 02:00

Panamá, Panamax, Bananax, ¡Banana!

DIPLOMÁTICO Y ESCRITOR.. El profesor José del C. Luzcando, el gran ‘Chilo Luzcando’ —considerado el ‘terror’ del Instituto Nacional y e...

DIPLOMÁTICO Y ESCRITOR.

El profesor José del C. Luzcando, el gran ‘Chilo Luzcando’ —considerado el ‘terror’ del Instituto Nacional y el Instituto Moderno— fue mi profesor de Español durante tres años de secundaria y uno de universidad, de manera consecutiva. ‘A ver’, preguntaba: ‘¿cuál es el sujeto en la siguiente oración: ‘Sentía envidia y pesar una niña que veía que su madre se ponía en el cuello un collar’.’? Los estudiantes bajaban la cabeza, temblando como ovejitas frente al león. Pero yo no. Lo consideraba un maestro en el arte de hablar y escribir y lo llevaba a su casa todas las noches para seguir platicando.

Un día, sin previo aviso, nos pidió que escribiéramos un ensayo en cuarenta minutos sobre el siguiente tema: ‘El Valor Social de la Paciencia’. Casi se desmaya el grupo, pero hoy al profesor lo hubieran despedido por osado. ‘Paciencia’ pensé, tiene que ver con los chinos, y éstos con Confucio, pero yo había leído las obras completas del Maestro Kung cuando tenía catorce años, de modo que no tuve problemas.

El profesor Luzcando nos explicaba de qué forma, con el trapiche del tiempo, las palabras modifican su perfil como una moneda que se gasta mientras rueda. Las consonantes se suavizan, y algunas combinaciones de éstas dan lugar a otras consonantes, para al final acortarse, simplificándose. El uso es el dictador del lenguaje. Es así como la palabra oculus, del latín, se transforma en ojo: ‘oculus, oclus, ojus’. La ‘u’ se redondea, en ‘o’, y la ‘s’ final desaparece por la ley del menor esfuerzo y, ¡voilá!, ‘ojo’.

El lector recordará que los Estados Unidos no podían realizar maniobras de defensa del Canal en territorio de jurisdicción panameña bajo el Tratado de 1903; que condenamos la intervención estadounidense en nuestros asuntos; que repudiamos la presencia militar gringa como ilegal y ofensiva; y que, durante la vigencia de los Tratados Torrijos—Carter, con la Enmienda DeConcini hasta el tuétano, existía una Junta Combinada de Defensa —producto de los citados convenios— que obligaba a Estados Unidos a solicitar permiso al gobierno de ‘la dictadura’ cada vez que sus tropas y naves deseaban pisar suelo patrio.

Ahora no. Con las ‘Fuerzas Aliadas Panamax 2011’, el Comando Sur de Estados Unidos planifica, dirige, coordina y financia los ejercicios multinacionales, que son parte de los que realiza a nivel planetario, incluso con la OTAN. El Comando Sur decide cómo se defenderá el Canal, quiénes lo defenderán, y de qué amenazas. El año pasado la amenaza (terrorista, of course) consistía en una rebelión campesina. Pero, ¿cuál artículo de la Constitución Nacional autoriza a Estados Unidos y a otros Estados sofocar una amenaza interna en Panamá? La Enmienda DeConcini no es aplicable en el vacío, sino en el marco del derecho de tratados, que la anula.

Me encanta y sorprende la advertencia de TVN que precede a la noticia sobre Panamax 2011: ‘Independencia: capacidad para elegir y actuar con libertad sin depender de un mando o autoridad extraña’. Justamente a lo que nos obliga nuestra Constitución: a actuar con independencia, obligante para nuestra Fuerza Pública.

Según lo aprendido, ‘Panamá’ se convierte en ‘Panamax’, porque suena más sexy con la ‘x’. La ‘P’ de ‘Panamax’ se suaviza y se transforma en ‘Bananax’, y por la ‘ley de la pereza o del menor esfuerzo’ —que es endémica en el Istmo— la ‘x’ de ‘Bananax’ desaparece y nos convertimos en: ¡Banana!

Pero ‘banana’ significa ‘guineo’, así que la invasión de 1989 nos regresó a nuestra anterior condición (pre—1969) de ‘república bananera’, ya que la única república ‘guinea’ que conozco es la República de Guinea, y suena muy degradante (aunque sea cierto y fashion) que nos llamen ‘república platanera’, o, por los vientos que soplan, ‘república platera’.

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