• 18/12/2023 09:15

Panamá, la hípica y la radio peruana

El Tratado de Lima de 1929 determinó el retorno de Tacna al Perú mientras que las otras dos provincias quedaron en Chile

En 1926, en el entonces Hipódromo de Santa Beatriz de la ciudad de Lima, se instituyó el Clásico “Navidad” que, en su primera edición, fue ganado por el corcel “Ramsés” de propiedad del Coronel Pedro Martínez. Se corría los últimos días de diciembre antes del Año Nuevo (Revista Mundial Nro. 290, 1926). Y más allá de una pretendida asociación con la festividad navideña, el evento sirvió para impulsar las colectas en favor de los gastos plebiscitarios en las provincias peruanas de Tacna, Tarapacá y Arica ocupadas por Chile desde el Tratado de Ancón de 1883 y cuya situación jurídica debía definirse. El Tratado de Lima de 1929 determinó el retorno de Tacna al Perú mientras que las otras dos provincias quedaron en Chile. La quinta y última edición del Clásico -ya sin colectas ni ventas de óbolos proplebiscito- tuvo lugar en 1930; poco después un golpe de Estado de signo opositor al Gobierno de entonces, decidió suprimirlo.

En enero, antes de la festividad del Día de Reyes, se instauró, también en 1926, el Clásico “Clausura” con la que se cerraba la temporada hípica. En esa ocasión ganó la carrera el caballo “Notemuevas” de propiedad de Atilio Varé. Asistió al evento el expresidente de Bolivia, Bautista Saavedra, que se encontraba de tránsito por Lima y que fuera agasajado por el presidente peruano Leguía como parte de la política de acercamiento con los países limítrofes. Estos dos acontecimientos hípicos fueron cubiertos por el periodista panameño Dionisio Robles y el fotógrafo peruano Revoredo, comisionados por la Revista “Mundial”. Acerca de Robles se sabe poco, su nombre aparece asociado al del fundador de la mencionada revista, Andrés Aramburú, lo que permite especular que fue de los primeros en integrar el equipo del hebdomadario.

Con otro enfoque pero con el mismo propósito -la colecta plebiscitaria- el “Peruvian Studio for Decorative Arts”, iniciativa turística bilingüe inaugurada el 22 de enero de 1926 en el centenario de la rendición del Brigadier Rodil en la fortaleza del Real Felipe durante las guerras de independencia, impulsó representaciones tanto de caballos de carrera como de caballos de paso peruanos. Sin imaginarlo, fue el inicio de la divulgación a una escala internacional del caballo peruano de paso como uno de los cinco exponentes de la cultura peruana en el extranjero. En esa oportunidad se abrió también la Oficina de Informaciones del Perú a cargo de Ernest Román Seguí (Revista Mundial Nro. 293, 1926) en París. Para completar el triplete de eventos, se inició también la Semana Internacional de la Radio que fue llevada a cabo por la recién fundada “Peruvian Broadcasting” a cargo de Antonio Garland que difundió notas periodísticas en castellano e inglés de música, literatura y poesía peruanas a nivel continental. El caballo de paso peruano fue una de las notas presentadas en ese programa conmemorativo que estuvo a cargo de Dionisio Robles, el panameño de la “Mundial”. La transmisión fue responsabilidad de Gerald Slater, gerente, y Jorge Vargas, jefe de control de la estación.

Durante ese período, la revista recibió y publicó las colaboraciones del, más tarde, ideólogo y promotor del movimiento socialista a nivel continental, José Carlos Mariátegui, quien disertó sobre la situación económica en “Peruanicemos al Perú”, ensayo que entregó en ocho armadas; resulta una coincidencia que fuese en los números encomendados a Robles. ¿Se conocieron? Es posible pero nada lo prueba.

Otro de los trabajos de Robles fue el apoyo que prestó a Eduardo Spiers al relatar la hazaña de éste al realizar el primer raid en motocicleta uniendo Lima-Pisco-Ica que cubrió en once horas usando una “Henderson” (Revista Mundial Nro. 296, 1926). Se desconoce cuando se apartó del hebdomadario pero en 1930 no se cuenta con su colaboración quizás porque decidió poner distancia entre él y la represión desatada por el Gobierno golpista y el encarcelamiento que sufrió el propietario, el señor Aramburú, que obligaría al cierre en 1931.

Del pensamiento y del sentir de Robles quedan como testimonio algunas frases tachonadas en diversas páginas de “Mundial” -usadas para evitar espacios en blanco entre una nota y otra- como aquella que dice “la única punzada agradable del corazón es la que produce el primer beso de una mujer querida” o esta otra que indica “una autoridad sin responsabilidad no puede depositarse en manos de ninguna persona sin comprometer el reposo de la sociedad” (Revista Mundial Nro. 299, 1926). Robles representa el noble aporte panameño en una de las principales revistas incas considerada fundadora del “periodismo moderno peruano”.

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