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- 26/05/2014 02:05
La soberbia del menosprecio
El capítulo número cuatro de la serie Los Brownies de Telemetro da inicio con un mensaje de la producción presentado por uno de los actores principales. Dijo: ‘Por medio del humor y las situaciones de ficción, esta serie busca entretener dejando claro un mensaje contra todas las formas de discriminación social. En los prejuicios basados en la apariencia física solo son una muestra de la soberbia y la altivez, que solo sirven para separar inútilmente a los seres humanos.’ Ese enunciado me resultó un poco enredado. No lo entendí. El actor finalizó diciendo: ‘Disfrútenlo’.
En el primer capítulo de la misma serie, la señora que supuestamente es de la alta sociedad se refiere varias veces a los nuevos vecinos con los términos más despectivos posibles: ‘maleantes, drogadictos, chombos, rakas, etc’. ¿Qué debo disfrutar de eso? ¿Qué hay que disfrutar de todas las otras caracterizaciones negativas, el menosprecio y estereotipos que en cada capítulo se repiten y repiten?
Hay temas con los que sencillamente no se juega, mucho menos en un país como el nuestro al que aún le falta mucho en términos de educación cultural y de reconocimiento social e histórico. ‘Soberbia y altivez’ es la actitud de los productores y el medio en no entender que esto es denigrante y ofensivo para muchos.
Por si no lo saben, algunos de nuestros antepasados llegaron a estas tierras como esclavos hace un poco más de 500 años. De aquellos descienden por lo general los de las costas caribeñas. Más de 31,000 trabajadores afrocaribeños trabajaron en la construcción del Canal de Panamá durante el período estadounidense con la mayor parte proveniente de Barbados (19,900), Martinica (5,542), Guadalupe (2,053) y Trinidad (1,427). Cerca de 4,500 dieron la vida eso, sin tomar en cuenta los que murieron durante el período francés.
Hoy, 100 años después, el Canal es eje central del desarrollo nacional y el país se beneficia enormemente. No debemos olvidar que ese fue nuestro aporte. Nadie debe olvidar ese sacrificio. Los afrodescendientes han aportado en otras esferas del quehacer humano a lo largo de los últimos 150 años en medio de constantes vejámenes que tuvieron que superar, verbigracia: la caracterización de ‘razas indeseables’ que se incluyó en la Constitución de 1941. Esto es tan importante como el 9 de enero de 1964, o como los muertos y desaparecidos de la invasión de diciembre de 1989. Traten de hacer comedia con eso. Nuestro aporte lo reconocemos como igual.
Los medios masivos de comunicación tienen suficiente influencia y poder para contribuir a la trasformación de nuestras sociedades, para bien o para mal, y lo que parece es que se han empeñado en que sea para mal. Para desmejorarnos, para humillarnos, para exaltar y difundir lo peor de nosotros.
Si los productores de Los Brownies han superado los prejuicios y se sienten cómodos con estas producciones, bien por ellos. La realidad concreta es otra. Hay que tener mucho cuidado cuando tratamos el asunto de las caracterizaciones raciales y culturales y, mucho más cuidado cuando tratamos de hacer comedia. No es tema superado en nuestra sociedad ni en el mundo. Lo que ocurre en el fútbol internacional con respecto a las manifestaciones racistas es suficiente evidencia. Cualquiera que crea eso no tiene idea de lo que está diciendo.
Insisto: cada cierto tiempo, el ser humano, con todas las oportunidades que tiene, debe trabajar afanosamente por trascender. Por lo menos, hacer el intento. Ese esfuerzo, muchas veces individual o como colectivo, a lo largo de la historia humana, es lo que nos ha permitido estar aquí hoy. Grupos y generaciones enteras, vieron a sus hijos dar la vida para legarnos este tiempo; contribuyeron con esfuerzos hasta infrahumanos, sacrificando su comodidad y sus deseos individuales.
Algún respeto deben tener por eso, más allá de los benditos ratings y la comedia bufa y estúpida. Pueden abandonar su propia ‘soberbia y altivez ‘ y reconocer con más humildad las protestas y consultar a conocedores si es que necesitan temas de valor sobre los afrodescendientes. Los medios, los productores y los que estamos aquí, por grande o pequeño que pensemos pudiera ser nuestra contribución, tenemos la obligación con las futuras generaciones — tus hijos y los míos—, de trabajar para promover la especie hacia mejores modelos sociales; de promover y respetar nuestra diversidad y exaltar nuestras mejores cualidades.
PERIODISTA