• 07/10/2018 02:00

Un ‘tranque' sin solución

Algunos Gobiernos tomaron medidas para aliviar esta situación, pero eran solo paliativos

Desde 1994 he venido exteriorizando mi preocupación por los ‘tranques' que se dan en nuestra ciudad capital, al igual que en otras ciudades del país. Estos ‘tranques' no solo causan molestias personales y afectan su calidad de vida, sino que también afectan nuestra economía. ¿Cuántas ambulancias no llegan a tiempo a un hospital para salvar la vida de un enfermo por las demoras causadas por la congestión del tránsito en nuestras calles y avenidas? Los camiones de recolección de basura también sufren demoras en su recorrido que reduce su efectividad en casi la mitad de su tiempo. No tienen fin los perjuicios que representan.

Algunos Gobiernos tomaron medidas para aliviar esta situación, pero eran solo paliativos.

El presidente Ricardo Martinelli le prestó al problema existente mucha atención. Eliminó los ‘diablos rojos' que muchas muertes causaron y sus chóferes no le prestaban ninguna atención a las disposiciones del tránsito. Las autoridades encontraron que algunos de ellos tenían en las gavetas del vehículo acumuladas hasta 100 boletas por infracciones. Para ellos la ley no existía; Martinelli los reemplazó con el ‘Metrobús' y el ‘Metro' (la Línea 1 y la proyección de la Línea 2). También construyó cuatro ‘By pass' (faltaban otros cuatro) que ayudarían al descongestionamiento del tránsito. Lamentablemente, por diversas razones, entre ellas el pago a los ‘diablos rojos' que se convirtieron en un negociado que fue muy criticado por la falta de transparencia en su ejecución, hicieron que todos esos esfuerzos fracasaran al final. Siguen ahora nuevamente los ‘diablos rojos' recogiendo pasajeros. ¿Y el dinero pagado a ellos a dónde fue a parar?

El actual presidente Juan Carlos Varela ha demostrado también interés en solucionar algunos de los perjuicios que representan para el país los ‘tranques'. El gobernante ha estado empeñado en hacer una realidad la Línea 2 del Metro, que beneficiará a muchos miles de ciudadanos que viven en áreas aledañas al centro de la ciudad y, en especial, al traslado de los participantes de la JMJ, a la cual el presidente le ha prestado toda su atención y le ha proporcionado amplísimos recursos económicos. También ha iniciado, aunque tardíamente, en el cuarto año de su mandato, la muy necesaria autopista de cuatro carriles que unirá el Puente de las Américas con Arraiján. Se está trabajando muy aceleradamente en esos trabajos y se deben reconocer los esfuerzos que en este sentido viene haciendo el Gobierno del presidente Juan Carlos Varela. Ojalá que el próximo gobernante la pueda terminar.

Aunque algunas personas públicamente han comentado muchas veces que el presidente Varela no le presta atención, sino solo a muy pocas personas, tampoco contesta ningún mensaje ni llamadas a casi nadie y menos atiende las recomendaciones que recibe (con excepción de las de su abogado de siempre, el Lic. Rogelio Saltarín y del Lic. Rolando López, secretario del Consejo de Seguridad, que laboran junto a él, de acuerdo a publicaciones periodísticas).

El problema de los ‘tranques' afecta tanto a los panameños que vuelvo a insistir en que se tienen que tomar algunas medidas que lo puedan aliviar.

• Es imperativo que se evite la introducción al país de todo tipo de vehículos de segunda mano.

• Se debe establecer una tabla aumentando los impuestos de introducción de acuerdo con su tamaño, etc.

• Se debe regular el horario, evitando que coincida a la misma hora con las entradas y salidas de los bancos, escuelas, oficinas públicas, etc.

• Darle más y mejores funciones a la Policía de Tránsito. Hoy día parece que solo sirven para poner boletas.

• Terminar el plan de los ‘By pass' que se estableció en el Gobierno anterior.

• Poner orden en los autobuses y en los pequeños buses ‘piratas'.

• Organizar mejor a los taxis que por su inmensa cantidad, todo indica que no pueden ser rentables y que contribuyen en gran medida a los ‘tranques' y que también son responsables de otras ‘cositas', entre ellas el ‘no voy'.

De haberse puesto en práctica estas recomendaciones, no hay, la menor duda, de que los efectos negativos de los ‘tranques' se hubieran aliviado mucho. ¡Qué lástima que se perdió tan valioso tiempo!

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