• 27/11/2017 01:00

Un modelo que se agotó

El que tenemos se agotó y no funciona. Hay que cambiarlo.

Los problemas de Panamá son múltiples y constantes en cada región del país, guardando sus proporciones, claro está. Para resolverlos, primero tenemos que decidir por dónde empezar. Los edificios son sostenidos por columnas vertebrales y estas a su vez, son previamente diseñadas en un plano. Ese plano es la Constitución y las columnas los valores de la sociedad. Si ambos, plano y valores, no están alineados, la lógica dice que vamos directo al despeñadero y eso es lo que ocurre hoy, donde la vorágine de la corrupción nos tiene atrapados en un callejón sin salida. ¿Por dónde empezar? Somos un país geográficamente delimitado, un Estado con una organización política, soberano e independiente y somos una nación, porque somos un conjunto de personas de un mismo origen étnico que comparten vínculos históricos, culturales, religiosos y hablamos un mismo idioma. Siendo ello así, tenemos que empezar por una cuestión en común: hablar y debatir nuestros problemas y eso conlleva a que convoquemos ese gran encuentro de la sociedad. Allí debemos redibujar el plano para la construcción de nuestro edificio que se llama Panamá. No hacerlo es dejar que cualquier ventisca nos apabulle como ocurre hoy. Hay hombres y mujeres de todos los sectores dispuestos a reunirse para crear ese nuevo modelo político que nos blinde del pillaje y de la maleantería. El que tenemos se agotó y no funciona. Hay que cambiarlo. Por allí tenemos que empezar y todo se logra hablando y proponiendo, porque Panamá es de todos y para todos los panameños.

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