Conflictos paralelos

La sociedad panameña está inmersa en pleno debate por los innumerables temas y problemas que, a raíz de la destitución de Varela al frente de la Cancillería, se han producido en el país. La crisis es inocultable, pero a pesar de los llamados a la estabilidad social, resulta inconcebible que el Gobierno abra nuevos frentes de conflictos. Esta vez en Washington. La semana pasada el embajador de Panamá ante la OEA, Guillermo Cochez, pidió una auditoría externa a la administración de Insulza. Sembró dudas sobre el Secretario General y está cosechando tempestades. El Gobierno de Martinelli está en el centro de una polémica diplomática, pues todos se preguntan qué lo motivó y por qué ahora. Aunque la solicitud de Cochez no fue acogida por el organismo (se dijo que el escenario y la forma en que se produjo no fue la mejor), lo grave es que se hizo rodar una bola de nieve con imprevisibles consecuencias internacionales en la región. ¿Otro error de cálculo?