• 11/08/2012 02:00

Sembrar vientos...

Aparentemente sostenidos en el ejemplo de altas figuras del gobierno, activistas, diputados y abogados de Cambio Democrático han optado ...

Aparentemente sostenidos en el ejemplo de altas figuras del gobierno, activistas, diputados y abogados de Cambio Democrático han optado por ser lo menos tolerantes, mesurados, serenos y comedidos posible. Asegurando que son víctimas de un trato injusto en los medios de comunicación, han emprendido un camino ascendente de agresiones a adversarios políticos, observadores sociales, líderes de opinión y comentaristas; y frontal —y hasta físicamente— contra periodistas y empresas de medios. En fin, van contra cualquiera que consideren que no se adecúa a sus preceptos, contradiga sus opiniones o simplemente actúa de una forma que no les parezca. Este comportamiento no ayuda ni al gobierno ni al partido oficialista. Más bien, en una relación geométrica y directamente proporcional a la desmesura de los ataques, estas conductas de sectores oficialistas crean mayor rechazo en la población. En realidad se han convertido en la peor debilidad del gobierno. La población rechaza esos hostigamientos, los asocia con la prepotencia y de paso son el cultivo de una reacción que puede desatar una tempestad socio-política que no favorece a nadie.

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