• 19/12/2023 09:04

Una trágica fecha

Conmemorar la trágica fecha implica reflexionar no solo en esa injusta invasión, sino cómo la sociedad llegó a ella

La historia se remonta al desencuentro en la sociedad panameña para 1968. Ascendió Arnulfo Arias y a los 11 días sufrió un golpe militar que lo exilió no solo del poder sino del país. Nació el proceso revolucionario y con él, una pléyade de oficiales militares donde el que más destacó fue Manuel Antonio Noriega. Omar Torrijos Herrera lideró el país desde que asumió el pleno poder el 16 de diciembre de 1969 en el denominado Día de la Lealtad y gobernó hasta su muerte el 31 de julio de 1981. Torrijos para esa fecha estaba decidido a transitar hacia la democracia y que el poder real residiera en un presidente civil nacido de las urnas. Torrijos se preparaba para candidatizarse en las elecciones de 1984, pero trágicamente murió en un accidente de avión. Lo sucedió Rubén Darío Paredes, quien renunció luego para buscar el poder en las urnas, pero un Noriega calculador lo animó a hacerlo y hasta le espetó: ¡Buen salto Rubén! Ya amo y señor, Noriega gobernó con mano de hierro. Sirvió a la CIA y a Pablo Escobar y un día le declaró la guerra a Estados Unidos, y hasta lanzó una frase lapidaria que “los que vienen después de mí serán peores”. Los panameños comenzaron una cruzada civilista que terminó con la invasión de Estados Unidos a Panamá el 20 de diciembre de 1989. Murieron miles de personas, en su mayoría civiles. Conmemorar la trágica fecha implica reflexionar no solo en esa injusta invasión, sino como la sociedad llegó a ella. Pero lo peor es que liberarnos de Noriega no nos liberó del autoritarismo, la corrupción, del juega vivo, de la droga... Al contrario, nos ha traído a un desencuentro social que puede ser peor que cuando tumbaron a Arnulfo en 1968, al menos que logremos un acuerdo nacional para desarrollar el país. ¡Así de simple!

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