Bibliotecas comunitarias y círculos de lectura...

La principal herramienta para escribir bien, es la lectura. Por ello, el hábito de leer, ¡el excelente hábito de leer!, debe ser incentivado desde la más temprana edad. Para muchos el precio de los libros, incluyendo los textos escolares, terriblemente caros, es una limitante real. Hoy, el acceso a Internet ayuda a romper dicha limitante, pero el romanticismo nos hace decir que ‘nada como el olor de los libros en papel y tinta'. Por lo tanto, un proyecto que deberían desarrollar las autoridades es el que en cada corregimiento existan bibliotecas, varias, las que sean necesarias, y que a través de ellas se organicen círculos de lectura de chicos y grandes; lo bueno que abunda, no daña. Así podríamos comenzar a corregir una situación, entre otras: el desapego, de jóvenes y adultos, con los libros, esa apatía que se dice que demasiados tienen por la lectura y, como premio adicional, se promueve la convivencia armoniosa en las comunidades. Hay que incentivar la lectura, las artes, los deportes... toda actividad positiva que aumente nuestra calidad de vida.