¿Cambia lo básico?

P anamá es un país de contrastes. Por lo menos así lo revelan los indicadores de consumo que la Cámara de Comercio y la encuestadora Dichter & Neira han dado a conocer. Todo indica que el consumidor panameño no es tan racional como pareciera: prefiere hablar por celular que comer arroz. Las cifras del estudio no son hipotéticas, ni dan cabida a especulaciones; son el resultado de las compras realizadas en 81 supermercados, universo suficientemente grande que representa más de la mitad de las ventas al detalle en el país. Esta poderosa herramienta servirá para analizar, medir y decidir en torno a los hábitos y tendencias de los consumidores. Ahora corresponde a las autoridades construir un modelo de canasta básica que incluya no sólo el arroz, poroto y tajada sino también tarjetas de prepago y comida congelada. Hacer lo contrario sería desatender la realidad y seguir pensando en supuestos que perdieron validez hace más de 20 años.