• 24/09/2014 02:00

Responsabilidad política

Debemos emular ejemplos que perfeccionan la democracia

En España se produjo ayer un ejemplo político por demás interesante. El ministro de Justicia presentó su renuncia ante el fracaso del denominado proyecto de ley del aborto. Al margen del contenido del proyecto, es interesante que una acción y un rechazo tengan como consecuencia una dimisión. En política hay que saber asumir las responsabilidades y estas conllevan que si una propuesta de calibre mayor es rechazada ampliamente por la sociedad y terminan frustradas sus posibilidades, quien la presentó y promovió debe asumir su responsabilidad política. Ello implica, como correspondencia lógica, la renuncia. No es poco, pero tampoco debe ser menos. Qué lejos estamos por estos lares de este tipo de comportamientos. Acá se han llevado propuestas al pleno de la Asamblea Nacional, se han defendido a ultranza, la sociedad las ha rechazado, hasta con revueltas callejeras, para terminar retirándolas, sin que se produzca ni un sonrojo de parte de sus proponentes. Así como un ejemplo suelto, bien se recordará la propuesta de venta de las acciones del Estado en Cable & Wireless Panamá, S.A. con todos los trastornos que ocasionó en la administración pasada y, luego de su retiro, ninguno de sus proponentes se inmutó. Que el nuevo Órgano Ejecutivo tenga claro que la responsabilidad política es parte de la democracia.

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