Selección Nacional: borrón y cuenta nueva

Después de poco más de un año y medio de gestión, Hernán Darío Gómez ha recibido todo lo que pidió para ‘cumplir ' con un compromiso muy específico: clasificar a la selección panameña, por primera vez, a la etapa final de un campeonato mundial de fútbol. Durante este período, Panamá jugó partidos amistosos y torneos regionales, incluyendo el seguimiento a una selección de promesas, en la categoría de menores de 21 años, que participó en un campeonato mundial, los Juegos Panamericanos y la eliminatoria pre olímpica para Río 2016. Esto quiere decir que el ciclo de trabajo previo al compromiso adquirido por Bolillo Gómez, su equipo técnico y la Federación Panameña de Fútbol terminó el martes último, con la derrota ante México por 1-0. Es tiempo, entonces, de exigir resultados; lo que viene es la verdadera razón por la que el estratega colombiano fue contratado: lograr una plaza mundialista, iniciando el 13 de noviembre, en la fase de grupos, ante Jamaica, Haití y Costa Rica. El período de probar cosas como estrategias y jugadores ha terminado; no hay excusas frente a lo que se avecina. No avanzar de la fase de grupos, debe considerarse un ruidoso y total fracaso para esta gestión, si es que esto llegase a suceder. ¿Por qué? Por el dinero invertido por la empresa privada, el que de nuestros impuestos se les ha dado a la Federación y los jugadores de parte de la administración presidencial, las expectativas levantadas en la llamada ‘Marea Roja ' y las promesas alrededor de este producto llamado Selección Nacional de Fútbol.