• 10/02/2017 01:00

Toda la verdad

Ramón Fonseca Mora,le ha dicho al país que la campaña política del presidente recibió donaciones de Odebrecht

P anamá vivió un 2016 convulso y en el que su imagen internacional se vio fuertemente afectada por reiterados ataques y escándalos, todo indica que el 2017 será peor. A los sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, que se destapan a cuentagotas como el mayor esquema de corrupción que haya sufrido nuestro país, envueltas tres administraciones gubernamentales, se suman las declaraciones del principal protagonista de ‘los papeles de Mossack Fonseca', quien fuera cercano colaborador del presidente de la República por más de dos décadas y a quien todavía llama ‘mi amigo'. Aseveraciones de quien está en medio de un huracán judicial, pero no por ello menos delicadas.

Ramón Fonseca Mora, frente a las instalaciones del Ministerio Público, le ha dicho al país que la campaña política del hoy presidente de la República recibió donaciones de la confesa Odebrecht, que las investigaciones con respecto a ese caso son selectivas y, lo más grave, que el presidente de la República le dijo, frente a dos expresidentes de la Asamblea Nacional, que el nombramiento del presidente de la Corte Suprema de Justicia, José Ayú Prado, fue ‘porque se dejaba manejar de arriba'.

No puede el país seguir viviendo estos sobresaltos que por ruta de sumatoria de factores se van convirtiendo en una crisis institucional de insospechados resultados, sin que hagamos un alto y nos exijamos como sociedad el saber toda la verdad.

Al estado de insatisfacción ciudadana por múltiples factores, que van desde la inseguridad hasta la decepción por la falta de transparencia en la gestión pública, se suma ahora el cuestionamiento, de un solo rapapolvo, a los tres órganos del Estado.

Todos miramos hacia las autoridades nacionales, como en democracia debe ser, pero esta vez, esa misma institucionalidad está comprometida, por lo que cada uno de los componentes de la sociedad panameña deberá desempeñar el papel histórico que le corresponde. No hay otra salida, toda la verdad. No solo el presidente de la República, todos los candidatos electos o no en las pasadas elecciones y los partidos políticos deben dar a conocer sus donaciones electorales. El Tribunal Electoral tiene la obligación ante el país de hacerlas públicas, inmediatamente. La Procuraduría General de la Nación debe empinarse, porque el país siente que se queda corta. Los partidos políticos le deben al país reflexión y acción en consecuencia, la sociedad civil, los trabajadores, la empresa privada, la academia, los medios de comunicación social y todos los componentes de la sociedad, no pueden menos que estar a la altura de las circunstancias.

Los acontecimientos que vive el país no se producen por generación espontánea, el deterioro de nuestra alma moral lleva años cultivándose, ha llegado el momento de las definiciones. Este país no solo hay que limpiarlo, hay que reconstruirlo y ese esfuerzo nacional exige para partir, saber toda la verdad y deslindar responsabilidades, la inmovilidad no es la respuesta. La historia, que es inmisericorde, exigirá cuentas a cada cual desde donde esté.

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