• 21/12/2017 01:00

Una prueba en vivo

Lo peor es que el Gobierno, lejos de desistir con las designaciones, no solo se mantiene en su posición

La designación de las dos magistradas a la Corte Suprema de Justicia ha generado una amplia crítica de la sociedad. Se critica lo mismo que se ha cuestionado durante décadas: que ambas responden a intereses del Ejecutivo o del grupo en el poder. Es decir, ambas designaciones son producto de un interés particular y nada tienen que ver con resolver el problema de la justicia o ir a hacer un trabajo por el bien de la sociedad.

Lo peor es que el Gobierno, lejos de desistir con las designaciones, no solo se mantiene en su posición, sino que amedrenta, con ánimo de quebrar a los diputados que son los que deben decidir si ratifican o no a las seleccionadas. Esto que estamos viviendo es la prueba fehaciente de cómo el Ejecutivo se impone y exige lealtad a los diputados, a quienes ha cebado durante años para que le obedezcan.

Es el ciclo perverso de nuestro sistema político que nos carcome el país. ¿Y para qué quiere el Ejecutivo dos magistradas leales? Para nadie es un secreto que para controlar el sistema judicial. Esto demuestra que nuestro sistema no funciona y tenemos que cambiarlo de una vez por todas. Un argumento contra la Constituyente es que si se convoca a los electos para hacer la nueva Constitución, son los mismos diputados de hoy. Quienes esgrimen ese argumento soslayan que en una elección nacional son pocos los de la actual Asamblea que saldrían electos y para ser honestos, los que salgan lógicamente tendrán un nivel más alto de educación, de altura política y de visión nacional que lo que tenemos hoy. ¡Hay que cambiar el sistema ya!

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