• 02/12/2018 01:00

Al maestro con honor

La realidad es que el docente es un profesional que su virtud es enseñar a otros a que alcancen los máximos grados de profesionalismo.

El último mes del año irrumpe con un homenaje merecido a quienes se dedican a la noble tarea de enseñar. Y es que cada sociedad depende de sus maestros para levantarse, crecer, desarrollarse... Sin los maestros, el conocimiento es más esquivo y a los países les es más difícil enfrentar los retos que se les presenten. Sin embargo, hay ocasiones en que la sociedad pierde su norte y descuida cuestiones tan elementales como quien permite que las columnas de un edificio se empiecen a corroer y no las corrige a tiempo. Es justo lo que ha pasado en Panamá, donde los docentes son arrinconados con epítetos y frases soeces que desilusionan y promueven la fuga de pedagogos. Panamá ha atravesado por esa etapa y hoy miles de personas coinciden en que si el país no centra sus esfuerzos en mejorar la educación, seguirá pariendo diputados corruptos, funcionarios corruptos o presidentes corruptos. Por años se ha tratado a los docentes como ‘pedigüeños y huelgueros', sin verdaderamente entrar a analizar qué pasa con la docencia en Panamá. La realidad es que el docente es un profesional que su virtud es enseñar a otros a que alcancen los máximos grados de profesionalismo. Es por eso necesario volver a colocar al docente en un sitio de honor en la sociedad y evitar desincentivar a los niños que desde su corta edad se inclinan por la docencia. Ser maestro es un orgullo, a todos esos docentes que, pese a los epítetos y palabras hirientes, se mantienen estoicos en su noble labor de la enseñanza: ¡Feliz diciembre, gracias maestros!

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