Concentrarse en la solución

Pasadas las fiestas de fin de año, el país entra en una etapa política en un momento histórico. Panamá es uno de los tres países con un Ingreso Per Cápita similar a algunos países de Europa, pero a diferencia de aquellos, no es un país desarrollado. El momento es histórico, porque hay que aprovechar el momento para hacer los cambios necesarios que enrumben a Panamá a la senda del desarrollo, pero para ello hay que concentrarse en la solución y no en los problemas en sí. Y hay cuestiones fundamentales que cambiar: La Constitución, porque no se debe seguir con caciques de pueblos con eso de diputados circuitales; hay que cambiar la Constitución, porque los magistrados no pueden seguir siendo ‘los magistrados de este o aquel presidente'; hay que cambiar la Constitución, porque no se debe seguir eligiendo a un Presidente con un porcentaje menos al 50 por ciento; hay que cambiar la Constitución, porque no se debe seguir patrocinando que diputados y magistrados sean investigados por ellos mismos, facultad que debe recaer totalmente en el Ministerio Público… Los problemas de Panamá son muchos, pero si no hay controles, no hay solución. Entonces una solución es estableciendo los controles necesarios para evitar la corrupción. Los candidatos presidenciales deben saber que el pueblo sabe exactamente cuáles son sus padecimientos, por tanto no requiere que se los repitan, pues lo que necesitan son las soluciones. Hay que hablar de soluciones, en vez de recargar los discursos hablando de los problemas. ¡Así de simple!