• 15/01/2019 01:00

Fray Benjamín Ayechu, OAR

El sacerdote Ayechu era soñador, idealista, gestor y ejecutor

Nació en Elcóaz, Navarra (España) en 1923, pero se convertiría en un panameño ejemplar y le legaría a este país una vida entera de servicio e instituciones que siguen rindiendo frutos. Formado en las enseñanzas de San Agustín, vino al Nuevo Continente hace más de 75 años, en una época en que viajar a América era para siempre. Y así lo fue. Llegó a Panamá en 1954 y se entregó a una de sus pasiones, la educación, en el recién fundado Colegio San Agustín, donde rápidamente asumió la Rectoría. Desde allí, constituyó la primera escuela nocturna gratuita para adultos y, con el mismo entusiasmo, inició los trámites para fundar la primera universidad privada de Panamá —la USMA— en la que sirvió como su primer rector. El sacerdote Ayechu era soñador, idealista, gestor y ejecutor, todo eso revestido por un profundo conocimiento de la doctrina agustiniana, una vocación educativa y formadora y, una entrega al servicio desde el Evangelio al que le fue fiel toda su larga y provechosa vida. Su huella queda no solo en las parroquias de San Juan Bautista de Ciénaga (Colombia), San Juan Bautista de la Salle y Santa Mónica (Río Abajo) y San Lucas Evangelista (Costa del Este), en el Colegio San Agustín, en la Universidad Santa María La Antigua, en la Orden de Agustinos Recoletos (Roma) o en la Nunciatura Apostólica, sino en cada una de las personas a las que conoció, con las que compartió o a las que sirvió, sin olvidar las caminatas-carreras que inspiró hasta sus últimos años, con el famoso ‘mente sana en cuerpo sano'. Panamá, país que tanto amó, hoy lo despide y queda agradecido. ¡Paz a su alma!

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