Democratizar los partidos políticos

El financiamiento público a los partidos políticos no ha resuelto el problema medular por el que se aprobó esta medida. Y es que las donaciones privadas, alegaban en su momento, hacían injusta la competencia, porque quien obtenía mayores donaciones iba con ventaja sobre el que no lograba tanto apoyo. En pocas palabras, la plata de los donantes decidía la elección. Se inclinó, entonces, porque el Estado financiara las campañas y el resultado tampoco es el más halagador. Persiste la tesis de que los partidos se llevan el grueso de los fondos, muy por encima de los candidatos por libre postulación. La sociedad panameña no ha logrado estar satisfecha con ninguna de las dos fórmulas, porque el dinero público termina favoreciendo a los partidos grandes sobre los candidatos por libre postulación y sigue la lucha desigual. ¿Cómo resolver el problema? Algunas tesis sostienen que lo conveniente es que no haya candidaturas por libre postulación y en su lugar se baje a uno por ciento del padrón electoral, la conformación de los partidos políticos. Y es que los candidatos por libre postulación no tienen tiempo para organizarse de forma coordinada en todo el país, porque mientras recogen firmas el tiempo se les viene encima. Es en síntesis una lucha desigual que a nadie debe engañar. Con la formación de partidos con ese uno por ciento, se puede dar la oportunidad a que las personas puedan organizarse y tener representación en todo el país a lo largo del quinquenio, de manera que cuando lleguen las elecciones puedan realizar sus primarias y sacar las candidaturas que su membresía decida. Es más, debe incluso irse más allá, que en las primarias de los partidos participen todos los miembros del padrón electoral y no solo los inscritos. Hay que democratizar los partidos, en lugar de satanizarlos.