Reestructuración de los partidos

Las elecciones generales demostraron el nivel de descomposición interna en los diversos partidos políticos, lo que conlleva a la necesidad imperante de reestructuración interna. La descomposición se demostró con los votos, donde miembros y candidatos de un partido político pidieron votos para el candidato de otro partido. No hubo disciplina partidaria y lo que debe ser conglomerados bien aceitados, con propuestas para el país, se han convertido en entes clientelares que buscan el poder para provecho propio. Los partidos políticos, todos, tienen que pasar por una purga y convertirse en entes de cohesión intelectual, que integren a mentes que tengan una misma meta y con el principio de que el país es primero. Ningún partido político puede vanagloriarse de ser fuerte, porque la realidad demostró que son solo un transporte que busca un miembro para acceder al poder. Un análisis exhaustivo debe estar en primera línea entre la dirigencia de los partidos políticos que subsistieron y más aún en aquellos que casi desaparecen y de los que desaparecen. La malsana práctica de transformar los partidos en entes clientelistas les ha pasado factura y las elecciones demostraron que la sociedad las ha cobrado con intereses cuando varios gamonales se reeligieron rogando y otros se quedaron fuera del presupuesto. Ya es hora de que la dirigencia política que ha dominado durante los últimos lustros entienda que su período acabó; que tienen que darle paso a una nueva generación. Seguir enquistado en las cúpulas solo es garantía de la debacle interna. ¡Así de simple!