• 02/10/2019 07:00

De lo absurdo

Los panameños debemos ser respetuosos con nuestra historia, pero también debemos ser consecuentes con el uso de los dineros públicos. El caso de la deteriorada y carcomida Casa Wilcox en Colón es una muestra de indecisiones absurdas.

Los panameños debemos ser respetuosos con nuestra historia, pero también debemos ser consecuentes con el uso de los dineros públicos. El caso de la deteriorada y carcomida Casa Wilcox en Colón es una muestra de indecisiones absurdas. La casa está tan deteriorada y en ruinas que restaurarla no es otra cosa que reconstruirla de forma disimulada, porque la mayor parte de su estructura hay que hacerla nueva. Aparte del engorroso trabajo y el tiempo que se toma hacerlo, el costo sería cuatro veces más que hacer una réplica de este histórico edificio. Según cifras del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, restaurar esa “casa” costaría por lo menos 16 millones de dólares y reconstruirla, es decir, tirarla abajo y levantar una réplica, no más de cuatro millones de dólares. Tendría lógica restaurarla, si lo que habría que hacer fuese un tercio de lo deteriorado, pero esa casa está totalmente en ruinas que genera sospechas que detrás de la restauración lo que hay es un vil negociado. El pasado Gobierno no quiso tomar una decisión, porque en el fondo sopesó que esa restauración sería onerosa para el Estado. Hoy, hay una nueva administración y, en lugar de manejar este asunto como papa caliente, debe tomar la decisión sabia y lógica de construir una réplica. No es que sería la primera réplica en Panamá o en el mundo, pues de hecho el Arco Chato, mucho más viejo que la Casa Wilcox, es una réplica del original. Aquí no hay tiempo para seguir con absurdos.

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