• 25/01/2020 00:00

Un país sin controles

Opinión editorial del 25 de enero de 2020

Muchos se rasgan las vestiduras hablando de que los políticos panameños son corruptos. El foco de los ataques está en la Asamblea. Pero ¿es realmente la Asamblea la que provoca la gran corrupción en Panamá? Si la Contraloría y el Ministerio Público realmente van a la caza de los corruptos, se darán cuenta que los focos de corrupción están en los ministerios, entidades como la Caja de Seguro Social y direcciones. La Asamblea depende de lo que el Ejecutivo les dé y a cuánto ellos se vendan por aprobar o ratificar… En síntesis, la corrupción parte de un sistema donde los controles no funcionan; está en que la clase empresarial que hace negocios con el Estado ha institucionalizado la coima que forma parte del presupuesto para cualquier licitación o contratación directa. Entre, por ejemplo, a la Caja y averigüe cuánto vale una prótesis que le ponen a un paciente asegurado y cuánto esa misma prótesis cuesta en Europa y Estados Unidos. La cifra panameña, que paga la Caja, es hasta tres veces más. Igual pasa con los centros hospitalarios privados que están lucrando por atender pacientes de la Caja, referidos por médicos de esta institución, porque no se compra la máquina que hace esos mismos exámenes, porque pierden el negocio. La corrupción es de dos vías, la de la empresa y la de los funcionarios. Trasládese a los ministerios; el mismo modus operandi. Una clase empresarial que funciona basada en la coima. Contraloría y Ministerio Público deben empezar las pesquisas si en verdad se quiere atacar la corrupción y cortarla de raíz. ¡Así de simple!

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