La llorona

FISGONEANDO

Ayer en la mañana apareció un auto de la Policía, fisgoneando la casa de Magaly Castillo en Condado del Rey. Estuvo tanto tiempo, que hasta hubo chance de tomarle fotografía. Chequeando todo el movimiento.

CON LA MISMA VARA

Un despedido por Didí me escribió diciendo que ahora la ex procu exige el pago de sus vacaciones, pero cuando estaba en el potro no se las quería pagar.

BOTAO POR CUMPLIR

Un marinerito me contó que un inspector revisando los yatecitos de las marinas le puso una multa al de un cocotudo del gobierno, sin saber que era de él, ya que el yatecito estaba derramando diesel... ¿Adivinen cual fue la reacción? ¡Ta’s bota’o, bota’o, bota’o!

MI RETRATO NO SE CAMBIA

Dice Carrasquilla que cuando se cambie de partido, lo que no va a cambiar es la foto del general Torrijos que tiene en su oficina. También dice que seguirá siendo amigo del Muñeco.

O TE CAMBIAS O...

Hablando del boxeador, alguien cercano me dice que le dieron un ultimátum. ¡O te cambias o vas pa’ la chirola! Nerviosismo por todos lados.

CON CUIDADO

Hilando fino, me dicen que lo del PRODEC lo manejaba Aizpurúa, sub de metas; Mezquita y la Bandiera. No me extraña que los llamen por ahí.

TENTÁCULOS

Parece que Noel tiene sus influencias en la Alcaldía, también Juan Carlos, el diputado. Como dicen: algo es algo.

CAMBIOS EN PALACIO

Otra que me dijeron es que a una ministra le han pasado el caramelo de una embajada europea. Todavía no hay respuesta, pero es tentadora la oferta.

SE ACABA EL PEPTOBISMOL

Los rabiblancos panameños están acabando con el Peptobismol, ahora que la bolsa va en picada por el país norteño.

SE FROTAN LOS BIGOTES

La fusión entre United y Continental tiene a los dueños de Copa que se frotan los bigotes, porque los pone en una gran ventaja frente a las otras fusiones de aerolíneas en el continente.

A MUERTE

No metan en un mismo cuarto a Varelita y a Ferrufino. Me dicen que la pelea es a muerte. Están pensando en enviárselos a Donald Trump para que organice el concurso de Mr. Popularidad. ... y que nadie llore