‘Quien supera la crisis, se supera a sí mismo’

P anamá el país más globalizado de Latinoamérica, mantiene un crecimiento económico envidiable; sin embargo, se debate entre festejos y protestas. Tal vez, esta paradoja se deba a que el panameño común trata por instantes de desprenderse de las preocupaciones diarias y frustraciones vividas. Razón de más para entender por qué un alto porcentaje de personas se da rienda suelta durante los cuatro días de carnaval.

Ya, al retornar de dichas festividades, los medios noticiosos, con los temas y situaciones críticas que afrontan nuestras comunidades, nos traerán nuevamente a la realidad. Tal como: el tenso diálogo entablado entre el Gobierno Nacional y los grupos indígenas, representados por la Coordinadora por la Defensa de los Recursos Naturales y Derechos del Pueblo Ngäbe. Éstos exigen la derogación de la Ley 8, que reformó el Código de Recursos Minerales. Instrumento que consideran pondrá en riesgo el ecosistema y lesionará su forma de vida, así como al resto de la población. Las autoridades gubernamentales sostienen que la reforma era necesaria, porque el Código proviene de 1963, y no respondía a la realidad actual.

De la misma forma, el nuevo incremento en el combustible, afectará enormemente el ya escuálido bolsillo de la población. Incremento que se percibe excesivo.

Escenario nada alentador, pues, al aumentarse el precio del combustible, automáticamente se reflejará en el precio de los productos alimenticios, la energía eléctrica y en los bienes de servicio, porque los empresarios, como es costumbre, trasladarán el aumento al consumidor.

¿Y dónde dejar la histórica farsa, que cada cinco años se monta en la Asamblea Nacional de Diputados para ‘escoger al defensor(a) del Pueblo’; donde se juega con la dignidad y aspiración de respetables ciudadanos profesionales, mientras se ‘elige’ al ungido(a) del Ejecutivo?

El escenario nacional debe llevarnos a la reflexión, por lo cual citamos a Albert Einstein, cuando expreso: ‘No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y países, porque la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar superado’.

Para alcanzar un desarrollo armónico y equitativo es necesario que los gobernantes apliquen medidas apropiadas y oportunas para salvaguardar el uso racional de los recursos, sin deteriorar el ambiente, para que el auge de hoy no se convierta en el trauma de mañana.

Si administraciones anteriores lesionaron el patrimonio nacional y burlaron las aspiraciones del pueblo, es obligatorio que la actual administración honre su compromiso de cambios positivos y beneficiosos para la población, con una gestión que precise acciones acertadas de cara a resolver los problemas, así como propiciar la paz y seguridad ciudadana.

*ECONOMISTA, EDUCADORA Y HUMANISTA.