• 10/10/2011 02:00

Para hablar con los indignados

COMUNICADOR SOCIAL.. Para hablar con los indignados, existen premisas que debieran ser tácitas, pero todo parece indicar que es necesar...

COMUNICADOR SOCIAL.

Para hablar con los indignados, existen premisas que debieran ser tácitas, pero todo parece indicar que es necesario puntualizarlas, para que en la discusión sobre esfuerzos de desarrollo y crecimiento no pasen desapercibidas, tal cual está ocurriendo en estos momentos. Una premisa fundamental es que al ser humano se le debe tratar con respeto siempre, más cuando se está en ventaja y en posiciones de poder. Para eso, debemos reconocer que la comunicación es clave en las interrelaciones y en el comportamiento del ser humano en el esfuerzo de construir su entorno social. Es la plataforma sobre la cual descansan las estructuras sociales, hay que tener en cuenta que cada proceso de comunicación debe estar destinado a fomentar un cambio en la conducta humana y, por consiguiente, en el ordenamiento social, a cualquier nivel que se realiza. Es el ejercicio que ha sustentado la evolución y el desarrollo de la especie humana.

Otra premisa: en todo esfuerzo de desarrollo (humano, social o cultural) los medios masivos de comunicación son esenciales en la tarea de difusión de información que ayude en la formulación de estrategias y actividades puntuales para la acción, con el objetivo de procurar mejores condiciones de vida para todos. Los medios masivos son herramientas de poder y deben ser utilizadas en su justa medida.

Con estas premisas en el tapete, debo reconocer la satisfacción que me causa el uso de los nuevos medios para movilizar a las masas a expresar su desacuerdo con las injusticias sociales, en cualquier lugar del mundo. Mientras la mayoría las utiliza para decirle a medio mundo qué almorzaron, o que el niño está en la escuelita o para enviar interminables cadenas de sandeces, en otras esferas, estas herramientas digitales de comunicación están procurando el envío y la recepción puntual de mensajes para la acción. Esto sí le da valor a los enunciados de que los nuevos medios están revolucionando el mundo.

Hay un movimiento en marcha en los Estados Unidos que cobra fuerza cada día. Apostados en las escaleras de la casa del poder mundial, Wall Street, el movimiento ‘Occupy Wall Street’ se intensifica y cada día cobra más fuerza. Una protesta que inició a mediados de septiembre en el centro del sistema financiero internacional en Nueva York, se ha extendido a unas doce ciudades estadounidenses provocando, después de casi tres semanas, la interrogante sobre si es un esfuerzo momentáneo o un verdadero movimiento para el cambio, como lo señala el columnista del Hufftington Post, Peter Dreier.

Occupy Wall Street ya puede reclamar triunfos significativos que la industria financiera observa con cuidado. El Banco OneWest, el más grande en el Sur del estado de California y Fannie Mae, una empresa de financiamiento inmobiliario financiado por el gobierno, tuvieron que detener una orden de lanzamiento inmobiliario contra la trabajadora Rose Gudiel, como resultado de una ‘brillante ejecución de protesta’ de los manifestantes con apoyo de activistas sindicales y comunitarios. Como señala Dreier en su artículo, Occupy Wall Street conjuntamente con grupos comunitarios y sindicatos, pudieran capitalizar el impulso actual del movimiento a nivel nacional, para oponer los embargos hipotecarios y los lanzamientos. También, pudieran ‘inyectar el tema de la crisis de los embargos (foreclosures) y la culpabilidad de la industria bancaria en el tema de la recesión actual y en la presente campaña electoral’.

Sobre el movimiento Occupy Wall Street, Noam Chomsky manifestó que ‘cualquier persona con ojos sabe que el gansterismo de las instituciones financieras en Wall Street, ha causado daños severos al pueblo de los Estados Unidos (y del mundo). Y, deberán saber que lo han estado causando de manera sostenida durante los últimos treinta años, a medida que su poder económico ha radicalmente crecido, así como su poder político. Eso ha puesto en movimiento un círculo vicioso que ha concentrado inmensas riquezas y poder político en un pequeño sector de la población, un 1 por ciento, mientras el resto de la población busca sobrevivir en precarias condiciones’.

A pesar de mi complacencia por el uso de los medios electrónicos y las redes sociales en la movilización de las masas, debemos preguntarnos qué tan necesarios son. En Chile hace meses están protestando por una mejor educación. Los efectos de la intensidad de ese movimiento, no son exclusivamente atribuibles a las redes sociales. Una combinación de redes sociales y la plataforma extensiva y confiable de los medios tradicionales ha sido fundamental en mantener vivo ese movimiento.

En Bolivia, los indígenas protestan hace más de cuarenta días para que se suspenda la construcción del segundo tramo de la carretera de Villa Tunari—San Ignacio de Moxos, una reserva natural e indígena de un millón de hectáreas, terreno en el cual el gobierno de Evo Morales proyecta la construcción de la carretera que unirá Los Andes con la Amazonía. Los indígenas han sido reprimidos brutalmente por la policía, con el fin de detener la marcha. Aquí no ha habido redes sociales que valgan para dar aviso y mantenerlos informados.

Chomsky señala que: ‘Las valientes y honorables protestas que se viven en Wall Street deberán servir para elevar esta calamidad a la atención pública y para generar esfuerzos dirigidos a superarla y encaminar a la sociedad en un rumbo más saludable’. En Chile, Bolivia o las estructuras de poder de Wall Street, con sus bonos multimillonarios, autos, mansiones, yates, aviones y demás, no entienden lo que está ocurriendo; deben bajar y establecer un nuevo proceso de comunicación con los indignados. Un proceso que proponga iguales resultados para todos.

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