• 02/02/2012 01:00

¿Quiénes pretenden destruir la cuna de Méndez Pereira?

Los constantes escándalos y el temor de que es presa la comunidad aguadulceña durante estos últimos años, a consecuencia de los actos d...

Los constantes escándalos y el temor de que es presa la comunidad aguadulceña durante estos últimos años, a consecuencia de los actos de criminalidad de pandilleros y mozalbetes sin Dios ni ley, que han convertido la comunidad, cuna ilustre de hombres y mujeres como Octavio Méndez Pereira, Isabel de Obaldía, Estela Sierra, Alejandro Tapia Escobar, que le dieron realce y esplendor a la tierra de la sal y el azúcar, en un campo de muerte, heridos y sangrías en varios barrios y corregimientos del distrito, es motivo para que las autoridades de policía reflexionen profundamente sobre el gran daño que se les está haciendo a la imagen y el prestigio de la ciudad de Aguadulce ante propios y extraños.

Esta situación repercute en el desarrollo y las inversiones locales y foráneas que puedan proyectarse en dicho distrito.

La comunidad aguadulceña se mantiene bajo el terror y el pánico ante esta escalada de violencia desenfrenada, que se repite con mucha frecuencia y que ya ha tenido consecuencias graves con personas muertas, heridas y robos a mano armada, que mantienen al comercio y a la empresa privada en constante sobresalto y a los moradores prácticamente como unos presidiarios en sus propias residencias, con el temor de ser alcanzados por una bala perdida producto del estado de inseguridad e intranquilidad que reina en Aguadulce.

Debemos asumir que las autoridades de policía y administrativas deben tener conocimiento de quiénes son los mozalbetes y adultos involucrados en estos hechos delictivos, en los cuales la droga juega un papel preponderante en los barrios periféricos de la ciudad de Aguadulce y en el límite de Pocrí.

Pero, al parecer, o no se atreven a tomar medidas contra esta ola delincuencial o se están haciendo cómplices de estos ataques a los derechos humanos de los aguadulceños. Por lo que es necesario y urgente que el director de la Policía Nacional, de raíces aguadulceñas, Gustavo Pérez, tome medidas enérgicas, abriendo un puesto de policía en el corregimiento de Barrios Unidos y que los gendarmes actúen dentro del marco de la ley, capturando a los facinerosos y poniéndolos a órdenes de las autoridades competentes, las que deben actuar, sin contemplaciones y sin guantes de seda, para castigar ejemplarmente a estos malandrines, que ya rebasan los límites de la tolerancia y entran en el campo de la impunidad en contubernio con la criminalidad.

*PERIODISTA COCLESANO.

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