El ruido, un problema de salud pública

El ruido es parte de la contaminación ambiental y afecta seriamente la capacidad auditiva de quienes están expuestos en forma frecuente, al mismo tiempo que ejerce una influencia negativa en la salud física y mental, propiciando diversos trastornos al organismo.

¿Sabías que los panameños estamos en una exposición continua a sonidos altos que producen sordera? Los daños auditivos comienzan a aparecer cuando el ruido alcanza los 85 decibeles o más. Cuando llega a un nivel entre los 120 y 130 empieza a provocar dolor. En una casa, el nivel de ruido puede alcanzar los 50 decibeles y los 65 en las oficinas. El tráfico en una ciudad genera 80 decibeles, el despegue de un avión produce unos 150 y en un concierto de rock el nivel del sonido puede alcanzar hasta 120 decibeles.

Es normal que la mayoría vivamos rodeados de mucho ruido, y de sitios donde sonidos no deseados llegan a nuestros oídos continuamente como fábricas, aviones, tráfico, acondicionadores de aire, conversaciones de otras personas y música.

El silencio llegó a ser tan importante y apreciado en algunas culturas antiguas, que, por ejemplo, en Roma, en el siglo I, se prohibía la circulación de caballos y carretas por la ciudad y la pena para quien alteraba el orden y el silencio era la cárcel o incluso la muerte.

Pero la Humanidad creció de tal manera que empezó a construir ciudades, fábricas, industrias y comercios, y con la Revolución Industrial no solo el humo fue el símbolo de progreso, sino también el ruido.

El ser humano, que siempre está buscando cómo mejorar y facilitar su vida, ha sobrecargado no solo las grandes ciudades, sino su existencia personal de una serie de aparatos, instrumentos, maquinarias y equipos, que si bien pueden ayudarlo, también ocasionan un grave daño al ambiente y a la salud, provocando uno de los elementos más contaminantes y dañinos de la era moderna: el ruido.

El ruido es un conjunto de sonidos carentes de cualidades musicales o de significados que lo hagan agradable. Es un sonido indeseable, irritante y molesto y la molestia varía dependiendo de su intensidad y de su origen y de la capacidad de cada persona para tolerarlo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el 76% de la población que vive en los grandes centros urbanos, sufre de un impacto acústico muy superior al recomendable y esto se refleja en su calidad de vida. Se manifiesta a través de estrés, irritabilidad, hipertensión, dolores de cabeza, taquicardias, fatiga, sordera, aceleración respiratoria y cardiaca y problemas cardiovasculares, problemas del sueño y molestias digestivas, así como la disminución de la capacidad y del apetito sexual, al tiempo que ha contribuido en el alarmante incremento del número de accidentes.

Uno de los problemas más inquietantes en la actualidad es que muchos jóvenes sufrirán trastornos auditivos en el futuro, por el uso excesivo de reproductores de música y radios con auriculares, por el volumen que le ponen a la música en su casa o en su automóvil. Lo que también aumenta el riesgo de accidentes y por el enorme volumen de la música en los antros y fiestas particulares.

Está comprobado que el oído tarda alrededor de 36 horas en recuperar su sensibilidad auditiva normal, después de estar sometido una noche a la música estridente de un antro o discoteca.

PATÓLOGO DE AUDICIÓN Y LENGUAJE.