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- 06/06/2010 02:00
- 06/06/2010 02:00
PANAMÁ. Por años la Cita Eucarística ha sido un espacio de reunión de los fieles católicos para adorar a Dios y también ha servido de púlpito para los arzobispos. Desde allí, éstos se han propuesto cumplir con la misión profética para la que fueron consagrados: Anunciar y denunciar. Pero, ¿han calado las exhortaciones de los obispos o se han convertido —como dice la Biblia— en: ‘La voz que grita en el desierto’?
Hoy es casi seguro que en su homilía —prédica— el arzobispo metropolitano, José Domingo Ulloa, a parte de anunciar la adoración al cuerpo y sangre de Cristo, denuncie el contexto de la sociedad panameña, máxime que este año la cita lleva por slogan: ‘Con la eucaristía construimos la paz’.
‘Los diversos lemas de la cita quieren ser una respuesta a la situación que vive la Iglesia y la sociedad más cuando en este año nos vemos sumidos en una ola de violencia e inseguridad. Reconocemos desde nuestra fe, que la Eucaristía construye la paz’, expresó el arzobispo metropolitano, José Domingo Ulloa.
‘La eucaristía sirve para construir la paz, porque al celebrarla y al alimentarnos de ella, hemos de adquirir los mismos sentimiento de Jesús, quien nos lanza a ser constructores de un mundo nuevo’, agregó Ulloa.
La coyuntura que viven los diversos sectores de la sociedad panameña es el reclamo a que las autoridades hagan valer el derecho a la vida, paz y tranquilidad. Todo eso, en medio de aquellos que incurren en actos violentos, y algunos altos funcionarios que se convierten en cómplices de la impunidad, que para ellos es una incoherencia más cuando un gran porcentaje de dichas personas y de la población se autodenomina ‘católica’.
Al ser cuestionado sobre la asistencia de dirigentes civiles y del Gobierno Central, el padre David Cosca, miembro del equipo coordinador del evento, aclaró que la Cita Eucarística es ‘una invitación a todo el pueblo panameño. Si ellos —las autoridades— se quieren incluir, es otra cosa’.
PALABRAS EN EL OLVIDO
En la versión de la cita del año pasado, el entonces arzobispo de Panamá, José Dimas Cedeño, hizo un llamado a las autoridades, que se aprestaban a tomar posesión de sus cargos, a no defraudar al pueblo y los instó a buscar solución a la violencia intrafamiliar, multiplicación de los robos y atracos, anticultura de la muerte contra la vida humana, incremento de las pandillas, narcotráfico, crisis económica mundial y por el constante alza en el precio de la gasolina.
Hoy la realidad es más alarmante que la del año pasado. Según una encuesta de la firma The Marketing Group, el 77% de la población siente temor de ser víctima de la delincuencia. El llamado del otrora arzobispo, parece no haber calado en los que dirigen el país, que en mayoría dicen profesar la religión católica.
El actual pastor de la grey de la Arquidiócesis de Panamá, monseñor Ulloa, refirió que el aporte de la cita durante todos estos años ha sido ‘el hacernos tomar conciencia de que formamos un solo cuerpo y que necesitamos del alimento eucarístico para nutrirnos y así poder ser auténticos testigos de Jesús’.
LA VOZ DEL PASTOR
A Ulloa le corresponde por vez primera presidir la tradicional celebración revestido de la envergadura del cargo jerárquico que ocupa desde el pasado 17 de abril cuando sucedió a monseñor José Dimas Cedeño.
En esa circunstancia, de volver a encontrarse con la feligresía, Ulloa dijo sentir ‘gratitud a Dios y muchos recuerdos... Cuando era seminarista y desde 1978 participaba en ella. Lo mismo que cuando estaba en los grupos juveniles y marchábamos desde nuestras parroquias’.
Este año, la coyuntura es otra. A Ulloa —quien era el obispo auxiliar— le compete dar una homilía en referencia al anuncio del evangelio y además es probable que toque puntos sensitivos de la realidad nacional lo que mantiene pendiente a diversos sectores.
Para el abogado Diomedes Martínez, el sermón del arzobispo ‘debe ir en la línea de la defensa de la familia. Lo que está pasando es consecuencia de la desintegración familiar’.
Néstor Díaz, estudiante de ingeniería y miembro de la Pastoral Juvenil, piensa que ‘el arzobispo invitará a que seamos entes de paz no sólo en la cita, sino en todos los ambientes’.
‘Es una exhortación que nos hace Jesucristo: La paz esté con ustedes’, agregó Díaz, quien también consideró que con la actividad ‘se espera contribuir a la cultura de paz’.
CAMINOS A LA CITA
Desde los caminos que bajan por las montañas, a pie o a caballo, atravesando quebradas y ríos, en canoas o piraguas; abordando autobuses en distintos poblados, campesinos, indígenas, afrodescendientes, latinos, obreros, jóvenes, ancianos, niños y familias católicas se congregarán hoy en varias diócesis del país para celebrar la Cita Eucarística.
Se trata del encuentro que todos los años tiene la feligresía de cada diócesis con el clero, los religiosos y religiosas, y el obispo, quienes reunidos en torno a un altar celebran una solemne misa que —por lo general— coincide con la fiesta del Corpus Christi (Cuerpo y Sangre de Cristo). Según la tradición, dicha fiesta es celebrada el jueves de la octava semana después de la conmemoración de la Pascua de Resurrección, sin embargo, por motivos pastorales (tomando en consideración que en el país es una jornada normal de trabajo, en otras naciones es día de fiesta) algunos obispos deciden posponer la celebración al domingo noveno.
Así, en el vicariato de Darién todos los años la Cita Eucarística es distinta, hoy harán una en cada zona: El Real, La Palma, Metetí y Yaviza. Por su parte, la diócesis de Colón y Kuna Yala se congregará hoy a las 10:00 a.m. en la Arena Teófilo Panamá Al Brown; mientras que a las 9:00 a.m. , pero en la arquidiócesis de Panamá el punto de encuentro es la Arena Roberto Durán.
Son tres los obispos que se manifestarán ante sus diócesis: José Domingo Ulloa (Panamá), Audilio Aguilar Aguilar (Colón-Kuna Yala) y Pedro Hernández Cantarero (Darién). Ojalá las ovejas, incluyendo sacerdotes, religiosos, religiosas, autoridades y el pueblo que se hace llamar católico, sepan escuchar la voz de los pastores y llevar a la práctica la construcción de una cultura de paz.