En Cúcuta, principal paso fronterizo entre Colombia y Venezuela, la tensión por el despliegue militar de Estados Unidos en aguas del mar Caribe parece...
- 08/02/2014 01:00
PANAMÁ. Los jóvenes son el futuro del país, por eso su salud mental es sumamente importante.
Algunos trastornos de la conducta en la adolescencia pueden afectar la vida de una persona en su edad adulta y seguir generando un desequilibro.
Para saber si un niño sufre de algún trastorno o desequilibrio hay que estar atentos a sus cambios de conducta repentinos.
El Diccionario de la Real Academia Española define trastorno como una ‘alteración leve de la salud’, y desequilibrio como un ‘trastorno de la personalidad’.
La etapa de la adolescencia inicia en la niñas aproximadamente a los 11 años y en los varones, a los 12 años, hasta llegar a los 18 años.
Expertos señalan que esta es una etapa intensa con cambios físicos, psíquicos y sociales. Hasta la falta de apetito es una señal de que algo podría andar mal.
ESTAR ALERTA
La psiquiatra Juana Herrera indica que los trastornos en la conducta de los chicos se manifiestan con el aumento de actividad, aislamiento o una conducta contestataria a todo.
Herrera, exdirectora del Instituto Nacional de Salud Mental, agrega que si el joven a todo le da una respuesta de una manera exigente podría ser indicio de algo. El trastorno de la conducta es cuando el joven sale de la normalidad de su conducta, lo habitual.
Según Herrera, cuando ocurre un desequilibrio ‘hay una alteración de su conducta normal’.
Las alarmas son claras. Hay cambio de amigos, bajo rendimiento y asociación con jóvenes señalados en el colegio o en el barrio (no van a la escuela, se paran en las esquinas, están catalogados como chicos de la calle).
Los padres deben estar pendientes y sospechar cuando el joven empieza a tener dificultad en el colegio, si lo llaman para decirle que se está paveando, cuando no se quiere levantar o no quiere ir al centro educativo.
Herrera dice que el menor se puede llevar al especialista para mejorar una relación entre hermanos o si le cuesta cumplir las tareas.
Aunque no manifiesten trastornos de conducta, a los hijos de padres separados hay que llevarlos a atención, aconseja la especialista; la aceptación de los padres generará otra actitud en ellos.
¿Y LA AUTOESTIMA?
Se identifica cuando un adolescente está padeciendo de un desequilibrio de autoestima por su inquietud exacerbada como la hiperactividad o aislamiento, falta de apetito, irritabilidad, entre otros síntomas.
La psicóloga clínica Geraldine Emiliani sostiene que los padres deben estar vigilantes de los cambios de conducta, pero algunos tardan en darse cuenta.
Los desequilibrios de la autoestima pueden presentarse de distintas maneras: trastorno psicológico, trastorno afectivo, trastorno de conducta, trastorno intelectual y trastorno del sueño.
La especialista de la conducta humana expone que entre los trastornos afectivos están temores, ansiedad, se altera fácilmente, desesperanza con una visión de fracaso, inseguridad y está indeciso.
‘Los trastornos en la adolescencia si no se atienden a tiempo, pueden afectar a la persona en su vida adulta’.
Emiliani precisa que detectar algunos de estos síntomas ayuda a que el adolescente se alivie de estos problemas, para ello los padres deben estar vigilantes y buscar ayuda psicológica.
En la escuela, los educadores también pueden colaborar si descubren estas señales en sus alumnos y advertir a los padres.
La consulta al psicólogo es importante, ya que éste cuenta con métodos o terapias psicológicas para el desarrollo de la autoestima.