La formalización laboral de los artesanos en Panamá se ha convertido en un motor clave para dinamizar su economía y la venta de productos autóctonos
- 18/09/2011 02:00
ANTROPÓLOGA
V arias características de la cultura panameña incidieron profundamente en el proceso político de 1968 a 1989.
El pragmatismo contribuyó al fortalecimiento del régimen, al darle apoyo una gran cantidad de individuos que, por su educación, debieron sospechar que ese sistema de gobernar no podía dar buenos resultados.
La falta de ideología en el escenario político en general es perfectamente compatible con el pragmatismo, oportunismo, personalismo o cacicazgo. Todos son parte de un engranaje que sirve para perpetuar el statu quo.
El poder de las redes sociales en la sociedad panameña incidió en la protesta de 1968 a 1989. La efectiva intercesión ante los militares por miembros de sus redes sirvió para obtener la liberción de los detenidos y, en general, contener la violencia del régimen contra los que protestaban.
El proceso de protesta mismo se vio afectado tanto positiva como negativamente por el hedonismo que se ve en todas las clases sociales de Panamá. Por una parte, el hedonismo ha sido factor que promovió la vasta gama de expresiones festivas y estéticas que posee la cultura panameña. Por otra parte, muchas veces hizo perder el ambiente de protesta, ayudando al Gobierno a consolidar su posición.
En general, el factor ‘cultura’ se descubre en el proceso de protesta no tanto en las actuaciones y declaraciones de un individuo en el escenario político, sino en el ‘eco’ que encuentren en la población. Sin duda alguna, la contribución más importante de la cultura panameña al proceso de protesta fue el rechazo de la opción de la violencia, que hizo trasladar al escenario político la rica tradición expresiva y estética del pueblo.
El país no se vio manchado por una guerra de panameños contra panameños. Veinte años de vivir entre injusticia y censura, no hicieron perder al pueblo su fe en la Justicia y el poder de la palabra.