Las críticas entre los artistas y la defensa de la organización

La invitación me llegó directamente de la oficina de la señora Luz Botero. Al poco tiempo, me escribió la curadora Clara Astiazarán dánd...

La invitación me llegó directamente de la oficina de la señora Luz Botero. Al poco tiempo, me escribió la curadora Clara Astiazarán dándome más datos y aclarándome que el resto del equipo curatorial estaba integrado por Llilian Llanes, Nelson Herrera- Isla y José Noceda, todos archiconocidos curadores de la Bienal de La Habana. Eso me dio confianza de que se trataba de un evento serio. No obstante, inmediatamente surgió el primer tropiezo: la obra que había propuesto para esta muestra había sido descalificada, sin explicaciones. Sorprendido, le escribí a Clara buscando una respuesta. Por ella supe que mi propuesta- un video en el que aparecía Noriega- había sido censurado. Al igual que una secuencia de pinturas en las que la imagen del exhombre fuerte panameño aparecía con George Bush. Clara me explicó que participaría con otra propuesta que había gustado más. Envié información detallada sobre mi obra, las particularidades de su montaje y los requisitos. Al llegar, en el centro de convenciones Figali, comprendí que iba a ser muy difícil, sino imposible, poder montar mi pieza ahí. Nada de lo que había pedido parecía haber sido respetado, exceptuando el color rojo del recinto.

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