La embajadora de la Unión Europea en Panamá, Izabela Matusz, reconoció los avances de Panamá para salir de su “lista negra” de jurisdicciones no cooperantes...
- 06/01/2013 01:00
PANAMÁ. ¡Y se hizo la luz!.. Muchos sabremos de dónde proviene esa frase y lo fácil que pudo haber sido haberla hecho, pero para los días que hoy corren, y en particular para los expertos en electricidad, suena tan paradójica como surreal.
Mientras el precio de la electricidad se cotiza al postor que pueda generar más Kilovatios (Kws) por menor costo, los países de la región centroamericana se mantienen todavía al acecho tras la eficiencia eléctrica.
En Islandia es irrisorio imaginar un apagón, al igual que otras tantas naciones europeas.
Mientras tanto en Panamá, todavía considerada como una de las naciones con mejores recursos hídricos de la región, los problemas surgen por temporadas.
Pero, ¿por qué todavía experimentamos estos problemas en el país de los más de tres millones de habitantes y ocho represas hidroeléctricas? Para Fernando Revuelta, directivo de la Red de Asesoría y Financiamiento Privado (PFAN, por sus siglas en inglés), es porque ‘estamos colocando todos los huevos en la misma canasta’.
LA ‘CANASTA’ PANAMEÑA
Esta analogía no la dice Revuelta en vano. Todos ‘los huevos’ de Panamá, en materia energética se están colocando en dos ‘canastas’: mientras que el 53 % de la producción de energía eléctrica en el país se genera a través de represas hidroeléctricas (de embalse o pasada), el restante 47 % utilizan de alguna manera combustibles fósiles.
La misma Empresa de Transmisión Eléctrica (ETESA) parece tener claro que los esfuerzos estatales por solventar lo que parece ser un aumento considerable en la demanda de energía eléctrica en los próximos 15 años, no están siendo bien tramitados.
En el Plan de Expansión del Sistema Interconectado Nacional, publicado por ETESA hace casi un año, se establece que durante los próximos 15, Panamá contará con un millón más de habitantes, la mayoría de estos (66 %) concentrados en áreas urbanas.
Estas proyecciones no consideran algunos eventos o condiciones recientes que podrían incrementarlas, agrega el informe del nombrado plan, ‘así como la inexistencia actual de políticas generales de Estado de largo plazo que incentiven el desarrollo de áreas rurales, que conlleven el fin de retener la población’.
Considerando el escenario planteado, surgen más preguntas cuando se destaca, en el mismo informe, que la empresa de transmisión eléctrica estudia la creación de 13 proyectos termoeléctricos (cuyo generador se activa gracias al calor generado de algún combustible quemado) y 41 proyectos hidroeléctricos candidatos a ser desarrollados en nuestro país. Ninguno de otra fuente limpia.
De esta forma, el mercado no parece promisorio para los consumidores, quienes están sujetos a los embates del mercado del petróleo y el invariable clima de panameño.
LO QUE SE NECESITA
Para Carlos Fernández MacNair, ingeniero civil panameño especializado en caminos, canales y puertos, Panamá necesita poner en marcha diversos proyectos que garanticen la suma de unos 200 MegaWatts (MW) anualmente, ‘para no tener problemas en el futuro, considerando que nada más Petaquilla necesitaría unos 100 MW y el Metro (solo la Línea 1) unos 25 MW’.
Nuevamente, Revuelta acuerda que ninguna forma de energía es exclusivamente la solución.
Mientras Islandia y otros países mitigan numerosas toneladas de emisión de dióxido de carbono (CO2) a través de energías limpias (consideradas entre ellas la solar, eólica, geotérmica y de biogas, entre otras), Panamá bien puede apuntar hacia esas medidas.
Y lo está haciendo.
Gracias a los esfuerzos que están congregando la PFAN junto a la USAID (Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos) unos 20 proyectos (5 de ellos panameños) están en vías de desarrollo y concursan por el financiamiento y asesoría logística necesarios para llevar a cabo iniciativas que promuevan el uso de tecnologías, productos o servicios relacionados con la generación de energía limpia o incluso, de aprovechamiento óptimo de la agricultura.
Lejos deben quedar países como Venezuela, que vive una crisis energética luego que el Estado nacionalizara la principal empresa de energía eléctrica (Electricidad de Caracas) y subsidiara cuotas y congelara los precios.
El cuento de República Dominicana tampoco debe acercarse. El país caribeño está lejos de recibir inversión hotelera si esta no puede garantizarse su propia energía eléctrica. La lista sigue y los ejemplos no son lejanos a nuestra ubicación geográfica y realidad.
PROYECTOS VERDES
La Estrella conoció de primera mano cuatro de los principales proyectos panameños que esperan llegar a Honduras en abril de este año a por la final que premiará a solo los tres que destaquen de un total de 20 iniciativas procedentes de países como República Dominicana, Guyana, Honduras, Trinidad y Tobago, Jamaica y otros de alcance regional.
Primero, los proyectos deberán pasar por diversas sesiones de preparación en la que los mismos representantes afinarán sus técnicas de proyección, ante exigentes jurados conformados por coordinadores regionales y globales de empresas de gran renombre, financistas y banqueros que darán consejos para que los proyectos buenos sean más interesantes (y viables) para quienes quieran invertir y estén presentes en Honduras el 26 de abril.
Aparte de un programa piloto de energía solar llevado a cabo por la empresa McGowen, S.A., y las manifestadas intenciones de una empresa mexicana por hacer lo propio, la energía solar cuenta con el palpable apoyo de la inversión italiana (especializada en este rubro) para generar 10 MW de energía limpia gracias a los páneles solares que esperan por la aprobación de algún interesado en esta apuesta limpia y de poco mantenimiento. Esto es gracias a las intenciones de Enrico Desiata, empresario italiano que apuesta por el abaratamiento y mejoras de las tecnologías de captación fotovoltáica (energía solar), y que han gozado de gran apreciación en su desarrollo en las últimas décadas en países europeos.
En tanto, uno de los exviceadministradores de la Anam, Eduardo Reyes, con amplia experiencia internacional en materia de energías renovables, apuesta nuevamente en Panamá por obtener, con el menor impacto posible sobre el medioambiente, energía geotérmica, que aunque su nombre se asemeje a la termoeléctrica, esta utiliza, a través de una perforación vertical, el calor que emite la misma tierra para generar hasta 5MW.
Destacamos también el proyecto ya emprendido de un holandés y su esposa israelí, Patrick y Keren Visser, quienes a pesar de que no representan proyectos generadores de energía eléctrica, apuestan por la reforestación y optimización de semillas para que los agricultores locales puedan sacar el máximo provecho a sus tierras y talento.
Y finalmente, Carlos Fernández MacNair, figura como el responsable de dos hidroeléctricas de pasadas (run off water) que no sobrepasan los 5 pies de altura (cada una), las cuales, aparte del mínimo daño ambiental, ofrecen amplias oportunidades de avance para muchos.
Panamá, entonces, debe aprovechar su progreso económico y el grado de inversión del que goza ya que, en la opinión de Rogelio Rengifo, asesor de inversión, ‘si los proyectos son sostenibles, entonces tendrán suerte’.
Todos estos proyectos que se demuestran, tan pioneros como audaces, no solo pintan ser buenos por el beneficio que ofrecen al ecosistema, sino porque los mismos le abren el camino a otros tantos proyectos necesarios, en la opinión de Revuelta, quien destaca siempre su premisa ‘si traes energía, traes desarrollo’.