Ruteros agobiados por el lodo, motivados por una misión

A las 8 de la mañana del sábado 22 de junio, los 225 expedicionarios de 53 países de América y Europa de la ruta Quetzal BBVA nunca ima...

A las 8 de la mañana del sábado 22 de junio, los 225 expedicionarios de 53 países de América y Europa de la ruta Quetzal BBVA nunca imaginaron que recorrer 10 horas por la selva de Darién les sacaría las lágrimas. Que tuvieran deseos de regresar por el camino por donde empezaron a recorrer el tramo para llegar hasta el pueblo de Sinaí cercano a la ribera del río Membrillo.

Una expedición que se convirtió en una agonía momentánea, pero que poco a poco se fortaleció gracias a la motivación y el compañerismo de los propios ruteros y sus monitores.

La caminata que salió con la luz del sol mañanero y que se fue perdiendo entre la espesa vegetación fue todo un reto. El lodo se apoderó del cansancio de los jóvenes, quienes con sus mochilas en la espalda solo les quedaron guardar fuerzas y ánimo para continuar. Los grupos clasificados como Jaguar (rápidos), Águilas (intermedio) y Quetzales (paso lento) fueron disminuyendo su fuerza, algunos ruteros en el camino caían, pero luego se levantaban, otros ayudaban a sus compañeros a darle sorbos de agua.

“Aceleren el pasó, más rápido chicos”, gritaba una monitora a su equipo.

Afortunadamente no llovió. Los jóvenes llegaron a la comunidad Wounaan al caer la noche aproximadamente a las 6:00 de la tarde. Les esperaba un refrescante río en el cual todos se dieron un chapuzón. Al día siguiente fueron recompensados con talleres donde aprendieron sobre pesca, artesanía, fotografía y varios aspectos relacionados a la cultura indígena de los Wounaan.

La danza del Ñeque, el Gallote y la Mariposa fueron regaladas por los nativos a los presentes y hubo interactividad entre todos. Los expedicionarios al día siguiente regresaron por el mismo camino para luego esperar una embarcación que los llevó a su próximo destino.

Hoy (martes) los ruteros continúan el viaje hasta Cucunatí y harán su expedición a Quebrada Eusebio. De allí, el miércoles subirán hasta el cerro Pechito Parado, el sitio donde Vasco Núñez de Balboa divisó el Mar del Sur.

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