Polémica enturbia carrera por la Alcaldía en el PRD

PANAMÁ. —Les presento a mi vicealcalde—, bromeó la precandidata a la Alcaldía de Panamá Balbina Herrera sobre su contendor Roberto Velás...

PANAMÁ. —Les presento a mi vicealcalde—, bromeó la precandidata a la Alcaldía de Panamá Balbina Herrera sobre su contendor Roberto Velásquez, a las puertas del lanzamiento del protocolo electoral de La Estrella el martes por la mañana.

‘¡No, ella será mi vicealcaldesa!’, ripostó con gracia el exjefe del Sinaproc, que vuelve a soñar con el cargo del cual lo alejó el ‘Murciagate’ en 2008, para favorecer a Bosco Vallarino, al ‘cambio’ y al ‘plan B’. Es una escena extraña: Herrera y Velásquez sonríen y se mofan juntos, pese a que la contienda pasada los puso a cielo y tierra de distancia.

Pero ahora nada se descarta. Y menos desde que en el Partido Revolucionario Democrático (PRD) se debate la posibilidad de que la política de chequera protagonice la campaña por la Alcaldía de Panamá.

En las reuniones políticas de ese partido —que juró unidad con el arrastre de Juan Carlos Navarro— el cuento entre dientes es ese. Todos dicen haberlo escuchado, pero nadie reconoce ser parte. Aún así, fuentes del partido coinciden en un nombre: José Luis Fábrega.

Fábrega ha logrado que los aires de alcalde de Velásquez se vayan neutralizando. Aunque las encuestas lo ponen como el favorito para el cetro municipal, el diputado le resta piso político con acuerdos con concejales capitalinos, las figuras que catalizan votos para los aspirantes al Hatillo.

El apoyo —dijeron fuentes perredistas— costaría hasta 50 mil dólares por cada edil.

ESCALANDO A LA VICTORIA

Iván Vásquez, representante de Ancón, divaga sobre la situación interna. Y de repente salva: ‘a mí no me han ofrecido nada, por tres razones: porque yo creo que Bobby (Roberto Velásquez) es el mejor candidato, vive en el corregimiento de Ancón y es mi amigo’.

Vásquez, de todos modos, reclama que en el partido impere el trato ‘como ropa o zapatos, que tienen precio’.

‘No lo somos... esa política de chequera en el partido hay que acabarla’, rebate, sin precisar responsables.

Desde Río Abajo, Javier Ortega coincide en saber de los rumores de compra de apoyo en las juntas comunales perredistas, a favor de Fábrega. Y también se exculpa: ‘a mí no me ha ofrecido, y sabe que si lo hace se busca un problema grande’.

‘Son tres o cuatro representantes que están con él (Fábrega)... la mayoría —once en total— apoya a Bobby’, explica.

Carlos Pérez Herrera, edil de San Francisco y afín a la campaña de Fábrega, confirmó que Senén Mosquera, de Curundú; y Ramón Ashby Chial, de Calidonia, han mostrado respaldo al diputado, sin que ello conlleve pagos, como ha trascendido en su colectivo.

Una nota de prensa de abril de 2011 del equipo de campaña de Juan Carlos Navarro devela que ambos apoyaban a Velásquez. Y Ashby Chial lo ha seguido desde la contienda de 2009.

‘Ramoncito está conmigo’, rebate Velásquez. Los ediles son el punto neurálgico en la carrera, y él lo sabe bien: ‘solo dos representantes no están conmigo (Mosquera y Pérez Herrera), los demás me han mostrado su apoyo irrestricto’.

‘ES CAMPAÑA SUCIA’

Consultado por La Estrella, Fábrega negó ‘comprar conciencias’ de los ediles. ‘Nunca, en ninguna de mis tres campañas lo he hecho’, asegura.

‘Es una campaña sucia que me han montado’, argumenta sin definir de dónde vendría. Pérez Herrera sí habla sin tapujos del tema: ‘la campaña sucia viene del equipo de Bobby Velásquez y de su papá, desde su programa Convergencia’. Y eso —dice Pérez Herrera— es una violación al pacto ético electoral que suscribió el PRD con el resto de los partidos políticos de la oposición.

Más allá de las culpas introspectivas, Fábrega asegura que ‘hay un candidato que le prometió a representantes que le iba a pagar la campaña y no cumplió. Les mintió’, punza.

Tras ello insiste en que no tiene culpa de haber ‘ganado el corazón y la voluntad de los candidatos y del partido’, entre ellos, dice, está Iván Vásquez.

El cambio —devela— es apoyo versus apoyo. Una relación de equidad, como en los cuentos románticos. Su aporte es activistas, volantes, afiches, banners, propaganda en televisión para los que lo apoyan. ‘Al equipo (de quienes lo respaldan), el 2 de junio (día de la primaria perredista) se les pondrá la comida’, explica.

Pérez Herrera adelantó que hay conversaciones con varios compañeros del Consejo Municipal. ‘No es algo fuera de lo normal, en las campañas internas lo lógico es halar dirigentes para que apoyen una candidatura específica’, sostiene Pérez Herrera.

‘La conciencia de ellos sabrá si están o no acostumbrados a comprar votos en los partidos donde han estado’, insiste Velásquez.

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