Mamá y su legado emocional

Actualizado
  • 08/12/2009 01:00
Creado
  • 08/12/2009 01:00
En todos estos años entrevistando a tantas mujeres, repetidamente me han respondido: “No, no puedo pensar en nada significativo que yo h...

En todos estos años entrevistando a tantas mujeres, repetidamente me han respondido: “No, no puedo pensar en nada significativo que yo haya heredado de mi madre. Somos completamente diferentes…” Lo comentan con un aire de triunfo a sabiendas de todo lo que han tenido que hacer para deshacerse de cualquier legado emocional, pero se resisten. En una entrevista que le hice a una hija que venía con su madre me comentó: “Siempre le he dicho a mi mamá que me trata de igual forma que mi abuela la trataba a ella… de la misma manera ¡que a ella no le gustaba!” En otra entrevista, su esposo me dijo, “Entre más años llevamos de casados, ¡más se está pareciendo a su mamá!”.

Para ser honesta, ya cuando analizamos la relación a profundidad entre mis entrevistadas y sus madres notan que hay mucha similitud entre ellas y sus madres. Primero se trabajan con las superficialidades: Mi madre vivía en una casa y nunca trabajó en toda su vida. Así que conseguí un trabajo. Así que en eso soy diferente a mi madre. Pero cuando observamos con lente de lupa lo que sucede nos enteramos de que ha absorbido sus ansiedades, miedos, rabias; la manera como enhebran las emociones tiene base en el modelo en el que vivió la hija con su madre.

Sea que te guste o no te haya gustado la vida que tu mamá llevó, nunca escaparemos de la imagen de cómo era ella. Esto no es más cierto que nuestra vida sexual. Tenemos curiosidad sexual, exploramos, pero al primer rechazo, censura sexual o humillación pensamos: el sexo es malo. Fue siempre un problema entre nuestras madres y nosotros. Cuando los hombres parecían brillantes y seductores, nos aliábamos con ellos en contra de las reglas de nuestra madre contra el sexo. Pero no se puede confiar en los hombres. Decimos que es nuestra falta: vamos de madre a hombres, sin un sentido de yo real en medio. El matrimonio en lugar de terminar esa alianza infantil con ella, irónicamente se convierte en nuestra más grande reunión de nuestras vidas.

Pienso que “sea que lo reconozcamos o no el modelo de maternidad con el cual vivimos y crecimos sus actitudes, conductas y sus más profundos sentimientos influirán grandemente en nuestra vida personal y profesional”.

www.dracaroline.com

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