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- 23/06/2013 02:00
PANAMÁ. Pasados unos años de la muerte del escritor ocurrida el 12 de febrero de 1984, su viuda, Aurora Bernárdez, decidió entregar diversos materiales a diferentes instituciones para fomentar la difusión y la investigación de la obra cortazariana. Así los manuscritos literarios y otros papeles los repartió entre la Universidad de Texas (Austin) y la Universidad de Princeton; el archivo fotográfico lo donó al Centro Galego de Artes da Imaxe en La Coruña, y la biblioteca personal que Julio Cortázar conservaba en su piso de la calle Rue Martel de París la donó en 1993 a la Fundación Juan March, aconsejada por amigos personales de Cortázar, como fueron el escritor y académico español Claudio Guillén y por el estudioso Saúl Yurkievich.
La biblioteca de Julio Cortázar reúne más de 3 mil 700 títulos y ha sido objeto de múltiples estudios. Ha servido de base para la realización de investigaciones sobre el autor de ‘Rayuela’ y sobre la creación literaria latinoamericana de la segunda mitad del pasado siglo XX.
Probablemente la deconstrucción narrativa y la búsqueda constante de la palabra justa – hasta llegar a inventarla- para la descripción de significados, para la comunicación de sensaciones y sentimientos que protagonizó ‘Rayuela’ no se entienden si no se visita, aunque sea virtualmente, su biblioteca, una biblioteca de autor.
Más allá de las huellas dejadas en sus libros como su firma y sus anotaciones, su biblioteca nos habla de sus intereses, de sus maestros, de su universo intelectual. El Ulises de James Joyce, el Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll, El Perro Andaluz de Luis Buñuel y Salvador Dali, la obra Opio de Jean Cocteau, los libros objetos que descomponen la narración, la personalizan, la reinventan, convirtiendo al lector en el creador de una nueva obra, única, libre y críticamente pensada, en alguna medida participaron en la concepción de Rayuela.
Con motivo del cincuentenario de esta novela la biblioteca de la Fundación organizó una muestra de las ediciones y las traducciones que el propio escritor guardaba en su biblioteca personal y de aquellas aparecidas con posterioridad. Rayuela publi cada por primera vez por la editorial Sudamericana el 28 de junio de 1963, ha sido analizada, reeditada y traducida en numerosas ocasiones. De tal manera en la biblioteca de Julio Cortázar se encuentran 55 Rayuelas publicadas en español, inglés, francés, italiano, holandés, alemán, polaco, japonés, croata, noruego, rumano….
Además con ocasión del vigésimo aniversario de la donación de la biblioteca, la Fundación Juan March ha preparado una visita virtual a través de su página en internet (http://www.march.es/bibliotecas/cortazar/?l=1) completando otras iniciativas de difusión de su biblioteca (http://cvc.cervantes.es/literatura/libros_cortazar/final.htm), y así el deseo por visitarla de miles de admiradores del escritor.