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- 07/07/2011 02:00
PANAMÁ. Con un vestido elegante color verde oliva, y prendas de plata, además de un sombrero de ala ancha, un collar con una cruz y una correa adornada con piedras color turqueza, así recibió en su casa a Ego la pintora panameña Sheila Lichacz, quien, además, estaba acompañada de su esposo John Lichacz.
Al entrar a su casa se le quiso saludar de la mano, pero ella reacciona, no te puedo dar la mano. Ella tan emotiva por el encuentro comienza a explicar el motivo por el cual no dio su mano. A raíz de que una herida no cerró cuando le hicieron una de tantas operaciones en la cabeza, esta se le infectó por el contacto con una persona. Desde entonces no hace contacto directo con nadie, explicó.
Sheila cuenta que cuando tenía nueve años ella iba en una canoa y luego se lanza al río Santa María para bañarse, cuando siente el impacto de una piedra en su cabeza, golpe que luego se le convertiría en cáncer, del que viene sufriendo hace ya 46 años. Lo que para muchos ya es caso de asombro comenta la artista.
Cuándo se le preguntó cómo descubrió esos tumores en su cabeza, comenta que fue su actual esposo quien le detectó que tenía algo en el cráneo. ‘Más tarde a los 28 años me detectaron cáncer en el cerebro. Tenía un tumor maligno’. Actualmente ‘yo no tengo cráneo, el cráneo se fue’, explica.
‘Me han sacado de 25 a 30 tumores, y lo más impactante es que a pesar de tanto sufrimiento y cirugías esta artista se ve muy bien, es muy alegre y no se le notan secuelas. ‘Yo tengo completo dominio de todo’. ‘Mira como pinto’, señala sonriente.
‘De tantas operaciones mi cabeza estaba llena de huecos, por ello sangré por nueve años, algunos dicen que tengo las cinco heridas de Jesús ‘La estigmata’, aseguró. De su fe en Dios, ya que sin ella no habría sobrevivido, dice. Hoy día su caso que es reconocido a nivel internacional está considerado para la canonización del franciscano español Junípero Serra.
SUS PINTURAS
Desde su llegada a la escena artística en 1976, Sheila ha ganado numerosos honores por sus obras al estilo pre-colombino, de los que según cuenta es en honor a su tierra natal Monagrillo.
Luego de una pequeña pausa mostró su casa en donde cada esquina tenía como representación una obra de arte hecha por ella. Cada una con una historia distinta. Para Sheila la pintura trabajada en pincel es una de sus mayores pasiones.
Lichacz crea imágenes que revelan verdades interconectadas sobre la evolución de la humanidad. Las conchas que pueden apreciar en sus cuadros (fotos) explica que fue ella quien los salvó y las que hoy reconoce como ‘Los concheros de Monagrillo’ siendo esta la cultura más antigua de norte y sudamérica y que además datan desde hace 10 mil años o quizás más, detalló. Cada una de sus pinturas representan un proceso de nacimiento y la maduración, una evolución de las cosas desde lugares más secretos.
Otras de sus reconocidas obras cuelgan en Jerusalén, en el Smithsonian en Washington D. C, en el Vaticano, en Caná de Galilea y en Panamá, están en la Nunciatura Apostólica, en la Iglesia del Carmen, entre muchos otros lugares, de los que para ella son muy importantes, ya que le han dejado una huella en su vida.
SU CINCUENTENARIO
Dice: ‘Yo te quiero dar la primicia de que este año para mi es muy importante ya que cumplo cincuenta años desde que me gradué del Instituto Nacional’. Próximamente me rendirán un homenaje en esta institución y allí donaré algunas de mis obras, explicó.
‘Yo soy una mujer extremadamente humilde’. ‘Yo no soy sólo de Panamá, también soy de latinoamérica, de europa y de Jerusalén. En 1980 fue nombrada ‘El orgullo de panamá y las Américas’. Actualmente Lichacz reside tanto en Estados Unidos como en ciudad de Panamá.